Pablo F. Mihal / La Capital
Era el partido. Porque Jockey tenía que demostrar sus condiciones de campeón del torneo del Interior, y por serlo debía sortear a su peor enemigo: el bajón propio que genera la obtención de un campeonato. Y lo sorteó con solvencia, ya que logró un importante triunfo de visitante ante un rival difícil que hace mucho tiempo no perdía en su cancha y accedió de esa manera a las semifinales del Nacional de Clubes. Fue un partido bastante parejo, prolijo en el primer tiempo y un poco desordenado en el complemento, en el que la visita recién pudo sacarlo adelante en los últimos 10', ya que promediando el complemento el desarrollo no tenía un dueño cierto. El arranque se dio con los Pájaros tratando de inquietar a un Jockey que le costó demasiado meterse en el partido. A los 3' Speroni marcó el primer try del encuentro, y la posterior conversión más un penal de Bustos redondearon un 10 a 0 en contra cuando recién transcurrían 9'. Pero Jockey se recompuso y empezó a descontar en el momento oportuno. A los 10' Ignacio Paganini, uno de los que se destacó entre los tres cuartos junto a Salamanca, vulneró el ingoal mendocino y De Luise aportó la conversión y un drop para establecer el empate. Los forwards rosarinos empezaron a dominar el panorama con un muy buen trabajo en las formaciones móviles y desde ahí empezaron a someter al rival. Lluch hizo sentir todo su aplomo en un choque exigente y la tercera línea tuvo una intensa labor en el ensamblado del juego. La concentración de la gente de Fisherton también fue importante, de hecho aprovechó muchas pelotas recuperadas y generalmente a las que ganó cuando metió presión las capitalizó cabalmente a su favor. Con el try de Amuchástegui a los 25', Jockey pasó al frente en el marcador por primera vez en la tarde. Lógicamente que en este tipo de partidos, que prácticamente son finales, ningún equipo regala nada. Los Tordos salió a vender cara la derrota y con el try de Bär antes de que termine el primer tiempo emparejó las cosas (reflejando en justa medida lo que había pasado en la chancha), y el parcial terminó empatado en 17. En el comienzo del segundo tiempo los locales salieron más decididos a atacar y Jockey lo supo esperar, lo frenó, y de pelotas recuperadas (las mejores pata contraatacar) empezó a edificar un gran triunfo. A medida que el reloj transcurría, la obligación de descontar para Los Tordos era mayor, y las necesidades también. Los mendocinos avanzaron insistentemente pero se descuidaron atrás y Jockey, en ese sentido, es letal. Los rosarinos presionaron de una forma tan asfixiante que los huecos comenzaron a aparecer. El mejor estado físico de los jugadores de Fisherton permitió que en los últimos 10' el verdiblanco estirara las diferencias hasta hacerlas inalcanzables, con siete tries definió el pleito y justificó una victoria merecida pero que quizás fue muy abultada en los números.
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