Cientos de placas ubicadas en las tumbas de los cementerios vienen siendo robadas en los últimos meses. Van desapareciendo con relación directa al aumento del precio del bronce. Familiares de los difuntos decidieron retirarlas para evitar más ilícitos. En rigor, reclaman la vigilancia que las necrópolis municipales no tienen desde el momento en que cierran al público. El personal de los cementerios El Salvador y La Piedad se retira de sus funciones a las 18, y desde ese instante ambos sitios se convierten prácticamente en tierra de nadie. En los últimos tres meses pudieron recuperarse cerca de 400 placas sustraídas de las lápidas. Unas 100 pertenecen a El Salvador y 300 a La Piedad. Esos objetos fueron encontrados en situaciones diversas. Un efectivo policial que vive muy cerca del primero de los sitios observó a una pareja que se retiraba del sector trasero con una bolsa. Allí había, por lo menos, 60 apliques. También se encontraron otros 40 en las inmediaciones del parque Independencia. En muchos casos los descubrimientos fueron hechos también por los jefes de hogar desocupados que realizan sus contraprestaciones obligatorias en las necrópolis municipales. Los beneficiarios suelen ver movimientos raros que disfrazan claras situaciones de robo. En algunas ocasiones, al ser sorprendidos, los delincuentes abandonan el material sustraído, que luego es recuperado. Las placas encontradas están ahora a disposición de sus propietarios, quienes pueden concurrir a reconocerlas a las oficinas de los cementerios. De todos modos, las autoridades del área prometieron reinstalarlas directamente en los casos en que detecten fehacientemente a qué tumba pertenecen. No obstante, hay ciertos apliques que no contienen datos precisos, como los apellidos. Por lo tanto, en estos casos, el reconocimiento se presta a confusiones. Según el subdirector general de Cementerios, Juan Carlos Ottinger, las sustracciones de placas comenzaron "hace unos tres meses y, por suerte, varias pudieron recuperarse". Los trabajadores y los usuarios de los cementerios reclamaron mayor presencia de efectivos policiales que antes hacían tareas de vigilancia. En efecto, los servicios de los uniformados dejaron de brindarse el pasado 26 de diciembre. Ahora, los controles se llevan a cabo por parte de municipales y jefes de familia desocupados, aunque sólo durante el horario de apertura del cementerio. En los últimos tiempos, familiares de las personas fallecidas decidieron retirar por sí mismas las placas de los monolitos con el objeto de evitar que extraños las sustraigan. "En los cementerios se registran hechos de vandalismo", sostuvo Ottinger. Es que además de los elementos de bronce también hubo robos de cañerías de plomo, canillas y cables, entre otras cosas. "En El Salvador hay un tapial bastante bajo", agregó en torno a la simple posibilidad de atravesarlo. El bronce es cada vez más caro y se volvió muy solicitado por los ladrones. Sin ir más lejos, tiempo atrás se llevaron 300 kilos del cementerio de Granadero Baigorria.
| El bronce es caro y hay quienes no pierden el tiempo. (Foto: Marcelo Bustamante) | | Ampliar Foto | | |
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