La subdirectora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Anne Krueger, planteó ayer nuevas condiciones al gobierno argentino para negociar un acuerdo con el organismo. La funcionaria dijo en España que antes de pensar en una ayuda, Argentina debe comenzar a negociar con los acreedores privados. Sin embargo, con el objetivo de no cargar más las tintas sobre las negociaciones, horas más tarde el organismo multilateral utilizó un escueto comunicado para "aclarar" los dichos de la número de dos del organismo y ratificó que las conversaciones "se desarrollan en un camino constructivo".
El cruce de Krueger cayó como un balde de agua fría en el marco de la notable mejoría experimentada en los últimos días en las negociaciones con el Fondo, luego de que el equipo de negociadores encabezado por el viceministro de Economía, Guillermo Nielsen, acordara con los técnicos del organismo un borrador de carta de intención.
Nielsen llegará hoy a la Argentina procedente de Washington y se reunirá con el ministro Roberto Lavagna. En un comunicado difundido ayer señaló que están encaminadas las negociaciones para alcanzar un acuerdo que permita postergar pagos a los organismos por 15 mil millones de dólares hasta fines de 2003.
El jueves pasado, el vocero del FMI, Thomas Dawson, había reconocido que la negociación entre Argentina y el Fondo había registrado "avances importantes", especialmente en la parte fiscal, aunque aclaró que todavía quedaban puntos pendientes de discusión como el freno a los amparos contra el corralito.
Los legisladores oficialistas cumplieron ayer uno de los pedidos del Fondo, al archivar el juicio contra los ministros de la Corte Suprema, lo que habilitaría en principio al gobierno a iniciar una negociación con el tribunal para evitar que avance un fallo judicial contra la pesificación de la economía.
Pero como otras veces, cuando el gobierno comienza a acercar posiciones con el Fondo, apareció la Krueger para recordar que la negociación no será fácil. Ayer aprovechó la conferencia anual que realiza el Banco Mundial en España, para advertir a la Argentina que debe iniciar conversaciones con los acreedores privados.
Dijo más precisamente que los países con "deuda crítica", entre ellos la Argentina, deben iniciar negociaciones con los acreedores privados antes de recibir ayuda financiera del organismo.
Horas más tarde, el Fondo suavizó las cosas, al emitir un comunicado aclarando que "el contexto de los dichos de Krueger no está relacionado con las negociaciones en curso con las autoridades argentinas, las cuales se desarrollan en un camino constructivo".
El FMI aseguró que las negociaciones con Argentina tuvieron "buen progreso" durante las últimas dos semanas en Washington.
En un breve texto, la entidad señaló que "el staff del FMI tuvo constructivas conversaciones con Nielsen, y, tal como se refleja en su declaración, se ha hecho buen progreso".
El secretario de Finanzas dijo ayer, antes de regresar a Buenos Aires, que trae un "avanzado proyecto de carta de intención, fruto de dos semanas de intenso trabajo con las autoridades y el staff técnico del FMI".
"Vaya ante todo nuestro agradecimiento a ese staff por haber mantenido un clima de trabajo cordial y favorable a lo largo de estas dos semanas, a pesar de algunos puntos de vista diferentes", añadió.
El ministro de Economía, Roberto Lavagna, había señalado en agosto que el diálogo con los acreedores privados (que ya han iniciado en muchos países acciones legales contra la Argentina) iba a iniciarse antes de fin de año, aunque en gran medida estaba supeditado a un acuerdo con el FMI.
Hace tres semanas, cuando la guerra de declaraciones con la Krueger había tocado uno de los máximos picos de tensión, el jefe del Palacio de Hacienda amenazó con comenzar a discutir el pago a los acreedores privados, antes que con lo organismos internacionales. Ayer, otro round pareció jugarse con las declaraciones de la subdirectora del organismo.
El gobierno de Eduardo Duhalde y el FMI han estado tratando de llegar a un acuerdo desde comienzos de año. Pero las conversaciones entraron en un ritmo más acelerado luego de la visita del ministro Lavagna a Washington.
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La Ciudad
