Año CXXXV
 Nº 49.628
Rosario,
sábado  12 de
octubre de 2002
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Abalo le puso rostro al cruento atentado: armaron un fotofit de la atacante
El ministro Borgonovo pidió cautela ante "especulaciones aventuradas". La causa ya está en la Justicia federal

Javier Felcaro / La Capital

Susana Abalo, la militante social discapacitada que el jueves pasado fue atacada en un baño de la Facultad de Derecho, generó ayer un avance en la zigzagueante ruta hacia el esclarecimiento: aportó datos clave que permitieron armar el fotofit de la autora de la sesión de torturas a la que fue sometida. El mismo rostro que, según reveló la víctima, el 21 de agosto la agredió y ultrajó con saña en su propia casa. Para los investigadores se trata de un punto de partida, que eventualmente le abriría la puerta a testigos en momentos en que abundan hipótesis pero faltan certezas.
Cerca del mediodía, Abalo recibió en su domicilio a personal policial con el objetivo de cumplir con los requisitos necesarios para la elaboración del fotofit. Tan sólo 24 horas antes, la integrante de la comunidad cristiana Mensajeros de Jesús había asegurado: "Esta vez tenía los lentes; la pude ver", en alusión a la mujer que la golpeó y tajeó con un elemento similar a un bisturí.
La frase fue significativa, ya que durante la agresión perpetrada en agosto, supuestamente por la misma mujer y un hombre, la militante había perdido sus anteojos con los primeros golpes que recibió. También se desmayó varias veces producto del dolor por las torturas y vejaciones a las que fue sometida.
En base al aporte de Susana, se estableció que la atacante, delgada y de cabello castaño claro (trenzado), tendría unos 30 años. También que sus ojos son de color miel, que mide alrededor de 1,68 metro de estatura y luce un "cuerpo fibroso y ágil". Y que el día de la agresión estaba vestida con una "remera oscura", jogging y zapatillas negras. Ahora resta chequear el fotofit con varias instantáneas archivadas en la Jefatura, trámite que se cumplirá en las próximas horas.
Consultado por La Capital, el jefe de la Unidad Regional II, comisario mayor Jorge Pupulín, afirmó que la contribución de Abalo (quien aceptó una custodia permanente y en todo lugar) es "un paso importante, porque por lo menos ahora tenemos un rostro". Y dijo que la descripción realizada por la militante y el resultado del fotofit coinciden casi es un 90 por ciento.
Pupulín confió en que, a través de la publicación del fotofit, "tal vez podamos llegar a tener nuevos datos por parte de algún civil". Es que, hasta ayer, ninguno de los testimonios recabados contribuyeron al avance de la pesquisa.
Sin embargo, la ausencia de más información parece seguir sembrando el desconcierto y, extraoficialmente, la danza de hipótesis no cesa. Al respecto, Enrique Font, abogado e integrante del Centro de Derechos Humanos de la Facultad, enfatizó que "siempre están preguntando si es un puntero (político o barrial), pero acá hay que investigar a los servicios de inteligencia de la policía y a la Side, que estuvieron muy activos en diciembre pasado".
Font (quien también fue amenazado telefónicamente junto a Susana) se reunió en Rosario con el ministro de Gobierno provincial, Esteban Borgonovo, para notificarlo del informe del Centro de Estudios Legales y Sociales (Cels) sobre presuntas ejecuciones sumarias por parte de la policía y la represión durante los saqueos registrados a fines de 2001 (ver página 29). Obviamente, el caso Abalo signó el encuentro.
"Pensamos en una mano de obra activa de los servicios", precisó el letrado en declaraciones a LT8. Acerca de lo ocurrido en Derecho, resaltó: "Estuvieron siguiéndola (a Abalo). No hablamos de una persona sino de varias, que debieron tener por lo menos un par de vehículos para poder salir rápidamente. Fue una operación sumamente arriesgada, más a esa hora de la mañana (las 9.30)".
De inmediato, Font volvió a cargar contra el subsecretario de Seguridad, Enrique Alvarez. "Pregúntenle a él, que es un espión profesional. Ese es el lugar de donde viene la amenaza", reprochó, para luego admitir que "no sabemos a qué apunta (la agresión), pero sí está claro por qué a Susana: ella es símbolo de militancia social, trabajo en los barrios y derechos humanos".
Tras la reunión en la sede de la Gobernación, Borgonovo dijo que "no es sencillo investigar un hecho de estas características, sobre todo cuando hay una voluntad de agredir en forma personal a alguien con un espíritu casi obsesivo".
El funcionario aclaró que "no hay que llenar el vacío de hechos y pruebas con especulaciones totalmente aventuradas", e insistió en la necesidad de "perseverar en la investigación, tratar esto como un hecho grave y redoblar el esfuerzo y la custodia".
La nueva causa por el ataque a Abalo estará en manos del juez federal Omar Digerónimo, debido a que el cruento episodio tuvo como escenario dependencias de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). Los otros dos sumarios (por las amenazas telefónicas y la agresión domiciliaria), que se instruyen en el fuero provincial, siguen lejos del esclarecimiento.



Este es el fotofit de la supuesta atacante de Abalo.
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