Daniel Leñini / La Capital
El ministro de Salud de Santa Fe, Fernando Bondesío, dispuso la virtual intervención del Hospital Provincial del Centenario ante un "evidente desfasaje en los gastos" comparado con otros establecimientos, como por ejemplo el Cullen de Santa Fe. El funcionario, según explicó a La Capital, designó tres contadores para las áreas de compra, farmacia y recursos humanos, y también pidió que se constituya en Rosario dos o tres días a la semana el director provincial de Control de Gestión y el de Farmacia y Bioquímica. Dijo que el centro de salud "está lleno de contrastes" donde se pueden observar servicios con tecnología de punta pero también sitios "vergonzantes". En casi un mes y medio en el cargo Bondesío dio así el segundo golpe de timón; el primero ocurrió cuando desplazó del Geriátrico Provincial (Ayolas al 100) al director Mario Tsernostópulos. -¿Esto implica el relevo de la directora del Centenario, Nélida Perouch? -No, para nada. Debe ser interpretado como un apoyo a ella y un fortalecimiento institucional del hospital. -¿Qué explica la medida? -Que había determinados precios fuera de parámetro con otros hospitales; sólo en el caso del oxígeno se pagaba dos pesos (el metro cúbico) y ahora cerró en 1,80 la última compra. Hay que hacer una evaluación integral. Yo realicé tres visitas al Centenario. En la primera vi el esfuerzo de los doctores (Hugo) Tanno y (Oscar) Fay en el trabajo con tecnología de punta; después aprecié el área de punta de tomografía computada; después, los consultorios externos de pediatría que son peores a los de Kosovo, y por último encontré el lugar donde se alojan y duermen los médicos residentes que es verdaderamente vergonzante. Por eso yo hablo de un Sheraton rodeado de favelas. El Centenario es un hospital lleno de contrastes por lo que debemos invertir correctamente para dignificar el trabajo en esas áreas críticas; requiere una inversión muy dirigida. Por eso, desde la provincia, debemos colaborar para un mejor gerenciamiento. -Usted hizo la comparación con el Cullen de Santa Fe, ¿pero ese hospital no recibe menos pacientes? -El Cullen ejecuta un presupuesto menor, dispone de la misma complejidad y cuenta con 300 camas, más que el Centenario. Al Cullen le llegan enfermos de toda la provincia, fundamentalmente del norte. Y junto al Iturraspe y el Alasia (de niños) contienen no sólo Santa Fe sino todo el oeste y el norte santafesino. Cuando hay problemas en Rafaela, en Esperanza, confluyen a esos hospitales; y de acá de Rosario también se han hecho derivaciones al Cullen por saturación de camas. Pero, lo importante ahora es determinar la demanda en el momento de crisis porque se van muchos recursos en complejidad y en lo esencial, esto es atención primaria de la salud y prevención, hay un notorio desfasaje. -Usted quiere decir que es una cuestión conceptual la que debe definirse. -Por supuesto. La complejidad en medicina es cara, y si teníamos en Rosario 19 tomógrafos cuando en Estados Unidos se calcula uno cada millón de habitantes, ello habla de la falta de planificación estratégica salud. En Santa Fe había 12. Resonadores magnéticos hay 6 en Rosario y otro por instalarse en el Centenario, cuando la ciudad andaría bien con dos. Eso explica, en parte, la gran crisis de las clínicas privadas porque montaron una sobreoferta, los equipos no los pueden sostener y los están empezando a retirar.
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