Nueve policías presuntamente involucrados en el crimen del joven Ezequiel Demonty, a quien habrían arrojado al Riachuelo, fueron procesados con prisión preventiva por la jueza María Cristina Bértola. La magistrada imputó a los policías, entre ellos el inspector Gastón Somohano -hijo de un ex jefe de la Bonaerense- la figura de "tortura -dos hechos- y tortura agravada seguida de muerte". Esa figura agrava el homicidio, por lo cual, en el caso de ser condenados, los uniformados podrían recibir la pena de prisión o reclusión perpetua.
La medida dispuesta por la jueza alcanzó al subinspector Gastón Somohano, al oficial inspector Daniel Barrionuevo, los cabos Luis Gutiérrez y José Luis Martínez, el sargento Jorge Sosa, el sargento primero Luis Funes y los agentes Maximiliano Pata, Jorge Solín y Sandro Granado. A todos ellos, la jueza les impuso un embargo de un millón de pesos.
Delincuentes comunes
Para la jueza, los nueve policías "se comportaron como delincuentes comunes, como seres humanos aberrados carentes de los más mínimos valores de ética y moral, cuando tenían que proteger la seguridad y la vida de las personas".
"Queda claro que los empujaron al Riachuelo luego de golpearlos y prolongar su padecimiento, no importándoles para nada el resultado", sintetizó la magistrada.
En uno de los párrafos más duros de la resolución, Bértola consideró que "hechos como estos nos recuerdan otras épocas que estaban a todas luces olvidadas, las que generaron un enfrentamiento entre los ciudadanos y las instituciones".
La jueza consideró que los policías cometieron los gravísimos delitos en perjuicio de Demonty, de Julio "Pelado" Paz y de un menor de 14 años, sólo identificado por su nombre de pila, Claudio.
Los nueve policías procesados son los que estaban a bordo de los tres patrulleros en los que, según dio por acreditado la jueza, fueron subidos por la fuerza los tres jóvenes.
En la misma resolución, Bértola dictó la falta de mérito para los tres policías que estuvieron en un cuarto patrullero, que llegó al lugar después de que hubieran ocurridos los hechos. Los beneficiados con esa decisión fueron los policías Jorge Sosa, Andrés Ritrovato y Santiago Whrigts. (DyN)