Año CXXXV
 Nº 49.625
Rosario,
martes  08 de
octubre de 2002
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Narcisos en una pasarela devaluada
El guardarropa de las celebridades demostró una democrática diversidad

Rodolfo Bella / La Capital

El eclecticismo del vestuario fue el signo de la fiesta de los Magazine. Los avatares de la crisis y la hora imprecisa en que se realizó la ceremonia, quizás también condicionaron a las invitadas a la hora de elegir qué ponerse. El síndrome posmoderno del reciclaje de estilos echó por la borda todo aquello que en algún momento un pensador francés llamó "el imperio de lo efímero", o lo que otro galo definió como "el paraíso artificial del consenso". Resultado: la mixtura fue el santo y seña de la noche.
La prenda fetiche fue la pashmina y el foulard, portado con distinta gracia -se sabe que es un accesorio incómodo de llevar-. Lo eligieron la ex ministra de Educación María Rosa Stanoevich y también la conductora de "Por acá", Susana Manzelli, quien cubrió el escote irregular de su equipo -palazzo y corset negro de seda- con una prenda similar. Graciela Borges -pantalón y chaqueta de shantoung negro- amenazó su seguridad con un largo foulard que le rozaba los zapatos. Adriana Salgueiro, al frente del programa "Pasen y vean", no tuvo dudas y se cubrió de brillos de pies a cuello. También lo llevó la coconductora de Carlos Bermejo, Gachi Santone, en una complicada disposición, pero que fue olímpicamente opacado por el implacable tajo de su falda.
La llegada de Graciela Alfano provocó un pequeño revuelo del cual fue un sufrido testigo su novio Matías Alé. La vedette cambió al sobrecargado diseñador Benito Fernández por María Vázquez, quien la cubrió con un vestido con print de leopardo, lentejuelas y un escote que se sostenía con esfuerzo sobre su pecho y que distraía la atención del crecimiento oscuro de su cabello rubio.
La sección "discreta elegancia", con algunos reparos, fue ocupada por las conductoras Mariela Spirandelli, con un sobre verde que desentonaba con sus zapatos; Susana Rueda, con superposición de cierres; la realizadora Mariana Wenger, sofisticada, pero con el detalle del desencanto en las medias bajo sus sandalias. El resto eligió ropa adecuada, de estilo vintage o de calle y sin estridencias.


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