Música / Crítica

Coqui Sosa: Una buena voz para el paisaje y el testimonio

U. G. Mauro / La Capital

El hecho de incursionar por caminos arduos y poco frecuentados de la canción folclórica, y el hacerlo con buena voz y humildad fue lo que le valió a Coqui Sosa el aplauso y el pedido de bises con el que el público de la peña El Aserradero coronó su primera actuación como solista en Rosario el sábado.
Pese a que fue muy maltratado por las serias deficiencias técnicas del sonido, el cantante tucumano ofreció en principio algunas novedades de su repertorio, caracterizadas por ser de tono testimonial y mostrar la labor de poetas muy poco conocidos en temas como la zamba "Mi orgullo es ser tucumano", de Alma García; el aire de chacarera "De pie", de Marcelo Ramos; "Canción para despertar a la Patria", de Pablo Dumit; "Ya quisieran por olvido", una cueca del chileno integrante de Illapu Andrés Márquez, y "Comadre Dora", de Néstor Soria y Rubén Cruz, éste autor también de "Chacarera libre".
Tras un intervalo, Coqui Sosa recreó algunos clásicos de Yupanqui como "Piedra y camino", en una brillante versión instrumental en la que se lució como artista invitado el armonicista rosarino Franco Luciani, seguida de la "Zamba del grillo", "Viene clareando", "Chacarera de las piedras", la infaltable "Luna tucumana" y "Nostalgias tucumanas". Para el final Coqui se reservó un tributo a Raúl Carnota en su versión de "Gatito de las penas", seguida por la "Chacarera del Salado" y "Para los ojos más bellos".
Correctamente acompañado por Javier Bollea en teclados y Sebastián Posella en percusión, Sosa demostró que el carácter de su propuesta, la calidad de su voz y la interesante búsqueda de arreglos para sus temas le alcanzan para cumplir su destino de cantor que escapa a facilismo.