Año CXXXV
 Nº 49.624
Rosario,
lunes  07 de
octubre de 2002
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La actriz recibe esta noche un premio Magazine en El Círculo
Graciela Alfano: "Palito hizo «La felicidad» y terminó llorando en el programa de Susana"
Habló de su éxito en el teatro junto a Nito Artaza, la televisión, los políticos y la crisis argentina

Rodolfo Bella / La Capital

Graciela Alfano será una de las invitadas de la fiesta de los Magazine de esta noche. En medio de la crisis argentina, la actriz y vedette se siente privilegiada por la continuidad laboral: desde diciembre pasado protagoniza "Cantando bajo la deuda", junto a Nito Artaza, Miguel Angel Cherutti y Moria Casán. Durante una charla con La Capital dijo que está dispuesta a preservarse del "jueguito perverso" que suponen los programas de chismes. También aseguró que aunque se lo propusieran no aceptaría un cargo político porque cree que lo importante para lograr cambios en el país es asumir las responsabilidades individuales, independientemente de la actividad que se desempeñe.
-¿Cómo estás viviendo esta etapa de continuidad laboral?
-Estrenamos en diciembre con el cambio de gobierno y con una incertidumbre muy grande porque Mar del Plata estaba casi vacía. Fue una primera semana muy difícil, en la cual además nos afianzamos como grupo. También tratamos de bancarlo a Nito porque en ese momento se gastaron 900 mil dólares. Como todo el mundo estábamos en gran pánico. Pero ya para el verano se recuperó la inversión. Curiosamente en este momento de crisis el teatro está funcionando y hay un repunte muy grande también en el cine. Eso hay que destacarlo porque si no parece que lo único que tiene prensa son los senadores corruptos y parece que el mundo empieza y termina ahí. Hay una Argentina que tal vez no tiene prensa porque el argentino hoy está furioso, entonces hay que darle una tevé y una prensa furiosa como para que se descargue, porque parece que se llenan más de furia.
-¿Te sentís privilegiada por poder trabajar?
-Sí, pero aunque no tuviera esta suerte seguiría en mi país. Seguiría acá a muerte porque ya sé que a la Argentina que quiero no la voy a ver. No soy una persona exageradamente esperanzada. La experiencia te enseña cómo es la vida. Esta reconstrucción la vamos a hacer nosotros, los que quedamos. Vivir afuera es vivir exiliado. Además no es lo mismo irse como conquistador que con la cabeza baja. Para eso me quedo acá. Creo que la clave es la resistencia, seguir existiendo a pesar de todo.
-¿Creés en el que se vayan todos?
-Siempre veo las mismas caras y no sé bien qué me quieren decir. Son muy pocos los que hacen cosas. Habría que ver qué es lo que no está bien. La gente quiere limpieza, y hay cosas que tenemos que hacerlas como ciudadanos. Creo que en el fondo es positivo lo que nos está pasando.
-¿No es una visión demasiada esperanzada?
-Esto no es esperanza, esto es una certeza. Hay una causa y una consecuencia. Creo que lo que está pasando tendrá una consecuencia de saneamiento. Todos tenemos que poner lo límites y tener una actitud menos pasiva. Tenemos un poco esa indolencia. Hoy nos ayuda la solidaridad y la identificación con el otro. Esto sin hablar de partidos políticos.
-En algún momento te ofrecieron cargos, ¿hoy aceptarías?
-No, no los aceptaría porque gracias a Dios yo soy Graciela Alfano y la gente tiene un recuerdo amable de mí. Veo lo que pasó con Palito (Ortega), era el señor que había hecho "La felicidad", y sin embargo terminó llorando en un programa de Susana (Giménez). Es muy fuerte.
-¿Qué pensás de que un actor como Nito Artaza se haya transformado en la cara visible de un reclamo que le correspondería a los políticos?
-Creo que el hace lo que debe hacer un ciudadano por la falta de operatividad de un Congreso que ve lo que pasa o que no existe. Conozco excepciones, pero es así. Pongámosle un nombre a los que nos pasa: el Congreso hoy no sirve para nada, somos colonia, bueno veamos como salimos de eso. El rumbo tiene que partir de la realidad que vemos pero no creer que somos libres, que el Congreso nos representa.
-Pasó el año y no tuviste fricciones con Moria Casán...
-Sí, ella tiene ese perfil que yo la cargo y le digo "sos Dios"; viste cuando uno dice si Dios quiere, no, es si Moria quiere (risas). Yo le hago bromas sobre esa omnipotencia, se lo pongo tan exacerbado que se vuelve humilde porque no tolera que la ponga tan arriba. Moria tiene una personalidad muy omnipotente porque tuvo que construir un personaje en un medio muy difícil. Y se encuentra conmigo que tengo una cantidad de años de terapia; de pronto estoy con los pies más sobre la tierra, tengo otro grado de compromiso, tengo una humildad que aprendí a desarrollar para no estrolarme. Gracias también a mi análisis encontramos la forma de entrarle por la ternura. Yo soy una persona de un mundo emocional muy rico y muy expuesto. Por eso nunca se sintió ni juzgada ni en competencia, sino muy respetada y creo que fue muy positivo para que se relajara y que se diera cuenta que no estábamos en una guerra y que éramos un equipo, y en un momento en que había que remar. Ella es muy inteligente y tomó esto. Hoy no puedo decir que soy su amiga, pero tengo esperanzas. Lentamente se convirtió en una muy buena compañera.
-¿Qué opinás de los mediáticos?
-Creo que están cumpliendo varios roles: primero representan una Argentina furiosa que tiene una tevé furiosa, y después, un poco la tevé barata porque estos personajes que quieren ser famosos, y tercero, distraen. Cuando querés saber que pasa realmente tenés que buscar debajo de la tierra.
-Sin embargo tuviste algunas discusiones que tomaron estado público.
-Tengo la gran desgracia de ser una figura tan popular que cualquiera que se pelee conmigo sale a la luz y genera rating. Cuando no tienen nada que decir lo inventan y todos quieren prensa, la ex novia de mi hijo, Florencia de la Vega, el diseñador Jorge Ibáñez, en fin, toda esa movida que hacen para tener prensa no me conviene. Trato de salirme a toda costa y creo que encontré un mecanismo para salir de este jueguito perverso, para que no me usen tanto.



Alfano quiere despegarse de los programas de chismes.
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