Policías que inventan sumarios para detener gente. Personas detenidas sin motivo a las que extorsionan para que compren su libertad. Sumarios falsos que se destruyen tras el pago de una coima. Y el mismo ciclo que vuelve a empezar. Esa secuencia cíclica de abusos policiales fue denunciada esta semana en Tribunales por una mujer de Coronel Bogado que dijo sufrir una constante persecución por parte de uniformados de la comisaría del pueblo.
"Me acusan de cosas que no hice para pedirme plata. Ahora tengo hasta vergüenza de salir a la calle porque siento que la gente murmura cuando me ve". Quien habla es un ama de casa de Coronel Bogado que el martes pasado se presentó en el juzgado de Instrucción Nº 11 de los tribunales de Rosario para denunciar el asedio al que fue sometida por un sumariante de la subcomisaría 10ª, con asiento en ese pueblo. El policía, según sus dichos, la detuvo en tres oportunidades sin motivo alguno para exigirle dinero a cambio de su liberación.
"A mí me llevaron tres veces detenida en las cuales me ficharon y tuve que pagar para que rompieran las fichas. Lo hice porque no sabía como desenvolverme y no estaba asesorada sobre lo que podía hacer", dice la mujer a La Capital del otro lado del teléfono, aunque ruega que se preserve su nombre por temor a represalias.
Un agente removido
El autor de esa secuencia de abusos policiales, según la denuncia que investiga el juez Carlos Triglia, es el sumariante Walter Díaz, quien fue removido de su puesto tras la presentación. El policía habría actuado con la complicidad del resto del personal de la comisaría.
Las primeras dos veces, dice la denunciante, la notificaron de acusaciones inexistentes en su contra y la dejaron presa por "averiguación de antecedentes". Finalmente le pedían 100 pesos para dejarla en libertad. "Yo soy una persona humilde. Para mi eso era mucha plata y todo lo que pude conseguir fueron 30 pesos", reveló.
La última detención ocurrió el 23 de septiembre pasado. La mujer caminaba frente a la seccional y escuchó que la llamaban desde adentro . Una vez dentro de la comisaría le entregaron una citación a su nombre por una denuncia presentada cinco días antes. Una chica de 17 años había recibido una golpiza y los policías la acusaban a ella que -recordó- ese día estaba en cama por indicación médica ya que sufría bronquitis.
Una vez más, los policías la dejaron detenida por averiguación de antecedentes. "Me trataron muy mal. Como a la peor delincuente o a una asesina. Me tuvieron incomunicada, no me tomaron declaración y me ficharon", describió. La mujer les recordó a los uniformados que ya habían pedido sus antecedentes dos meses atrás: "Ustedes saben que yo no tengo antecedentes. Si vivo en Coronel Bogado y esta es la única seccional que hay", les dijo.
Pero de nada valió que protestara: "El sumariante me dijo que a él nadie le levanta la voz. Que él es la autoridad, que hace y deshace lo que quiere y que trabaja cuando a él se le canta. Y me hicieron un sumario diciendo que yo me había resistido a la autoridad cuando yo me había presentado voluntariamente en la comisaría. Después me liberaron, pero esta vez no les pagué", relató la mujer que, harta del acoso, presentó la denuncia judicial. "Estoy cansada de que me lleven presa por cosas que no hice. Hay muchos casos más. Pero la gente tiene miedo de hablar", continuó.
En su caso, la mujer considera que la persecución se debe al interés de sacarle dinero y a una suerte de venganza por un desengaño amoroso que habría sufrido el sumariante con una familiar de la mujer. "Yo jamás tuve problemas con nadie. No tengo antecedentes y hace algo más de tres meses que me los están inventando. Me duele esta difamación porque tengo muy buena conducta en el pueblo y ahora hasta me da vergüenza salir y escuchar que la gente murmura", señaló.
Según la denuncia, el mismo sumariante está sindicado como la persona que detiene a los autores de los robos, les exige dinero para dejarlos en libertad y además se queda con el botín.