Año CXXXV
 Nº 49.624
Rosario,
lunes  07 de
octubre de 2002
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Entrevista. El politólogo irlandés analiza la crisis capitalista
John Holloway: "El movimiento piquetero prefigura una nueva sociedad"
Asegura en un ensayo que es factible "cambiar el mundo sin tomar el poder"

Eduardo Valverde / La Capital

Desde las filas del marxismo no ortodoxo, el politólogo irlandés John Holloway afirma que es posible "cambiar el mundo sin tomar el poder", tal como lo desarrolla en un libro que lleva precisamente ese título y que recientemente presentó en Rosario. El ensayista, que actualmente trabaja como profesor del Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Puebla, ciudad mexicana en la que reside, precisó a La Capital que "el movimiento piquetero prefigura en su seno una nueva sociedad".
-¿Desde dónde se puede afirmar que es posible cambiar el mundo sin tomar el poder?
-La cuestión es ver cómo se puede ir más allá del capitalismo. La idea tradicional es que para cambiar el mundo hay que tomar el poder estatal por la vía militar, de una forma u otra. Si uno analiza las experiencias del último siglo, se puede decir que en ningún caso los gobiernos de izquierda, sean reformistas o revolucionarios, lograron alcanzar las metas que se habían propuesto. Obviamente, hay razones históricas que se pueden dar en cada caso.
-¿Usted piensa que se impone una revisión de la teoría de la toma del poder concebida sólo como el asalto al Estado?
-Sí. Hay que plantearse, sin duda, el objetivo por otros caminos. Es un poco lo que quiero explorar en el libro: cómo se puede lograr una revolución social que no pase por la toma del poder.
-Uno se pregunta, apelando a la teoría marxista clásica, cómo pasar a una sociedad nueva, con relaciones de producción esencialmente distintas, sin liquidar el Estado capitalista, que precisamente es el que, en última instancia, garantiza la permanencia de un sistema de dominación...
-Creo que efectivamente sí hay que liquidar el Estado capitalista, pero depende de cómo se lo conciba a ese Estado. Creo que debe ser entendido como una forma de las relaciones sociales, y no simplemente como una institución o un instrumento. Entonces la forma de liquidar el Estado capitalista es construyendo otra trama de relaciones sociales, otra "socialidad".
-Considerando el caso del capitalismo en Argentina, ¿qué lectura hace del reclamo popular del "que se vayan todos"?
-Creo que es una consigna interesante, pero obviamente significa muchas cosas distintas. De algún modo expresa simplemente el deseo de que se vayan todos los políticos corruptos de los últimos quince años. Apenas una mera cuestión de nombres. Pero considero que también se puede traducir como algo que se dice en todo el mundo y es que todos los políticos finalmente son corruptos.
-Aludiendo a que el sistema capitalista, por su propia naturaleza intrínseca, engendra políticos corruptos...
-Exactamente. Y también puede tener un significado más profundo, y es que si uno piensa en cómo domina el capital, una de las formas a que apela es al hecho de "irse", con las ganancias que esto puede implicar. Un señor feudal, por ejemplo, "se quedaba". Para imponer su dominación tenía la violencia física de su ejército y la religión. Pero el capital, para imponer la disciplina de clase, nos dice: "Si no te portás bien, me voy". Y allí surge la amenaza de caer en el ejército de desocupación del que hablaba Carlos Marx, con toda su carga real de miseria material y moral. Entonces una de las formas de enfrentar a los capitalistas es decir, finalmente: "Está bien, váyanse, que nosotros vamos a crear nuevas formas de relaciones sociales fundadas en otra «socialidad», basada en la solidaridad y en la justicia".
-¿Cómo caracteriza al movimiento piquetero?
-Los piqueteros de alguna forma están expresando: "Si el capital se va, tenemos que construir otra sociedad, una nueva «socialidad», que implica el intento de transformar la pobreza y el sufrimiento en una formación social sustancialmente distinta".
-Se da el caso de algunas organizaciones piqueteras, como la Coordinadora Aníbal Verón, que más allá de los reclamos dentro de los límites del Estado burgués, están experimentando nuevas formas de autogestión comunitaria, por fuera de las pautas que regulan este sistema...
-Sí. Precisamente esos emergentes en el movimiento piquetero son los que van prefigurando nuevas relaciones de producción, planteando el germen de una sociedad distinta en el seno de la vieja formación social, decrépita pero aún dominante.
-Según algunos analistas, el tema del corralito es la prueba más palmaria de la decadencia y de la falta de legitimidad del sistema capitalista en la Argentina, donde el Estado ya no puede garantizar ni la propiedad privada, que es precisamente su principio fundante...
-Exactamente. Y ello tiene el agravante de que el robo, porque no es otra cosa que eso, tiene sanción oficial, puesto que el Estado no sólo no lo soluciona, sino que más bien lo consiente y propicia.



El ensayista se pronunció a favor de otra "socialidad". (Foto: Marcelo Bustamante)
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