 |  | cartas Gracias a todos
 | El día 18 de septiembre Jesús llamó a Francisco José, y con sus alitas quebradas desde hace dos años el Franchu voló hasta él. Como abuela no voy a escribir sobre el dolor, la ausencia, el recuerdo, las muchas preguntas sin contestar; hoy, a través de este medio sólo puedo agradecer, entre tantos, a la obra social Osecac por el magnífico servicio prestado, al Sanatorio de Niños con sus médicos y enfermeras, a los profesionales que todos los días lo asistían en su casa y que ofrecieron en conjunto experiencia y amor. A los grupos de oración, al Movimiento Familiar Cristiano, al grupo de oración Espíritu Santo, a distintas parroquias, sacerdotes y laicos anónimos que rezaron por él. A todos los amigos de los papás que ayudaron con tiempo y trabajo. Una mención especial a la señora Susana de Milo por su gran disponibilidad. Un recuerdo muy especial para el padre Pocholo Martínez que se brindó desde los primeros momentos, bautizándolo, acompañando a la familia con su humildad, paciencia, buena voluntad, testimonio admirable de su sacerdocio. Y el agradecimiento mayor a Jesús; él dijo: "Dejad que los niños vengan a mí, porque de ellos es el reino de los cielos". Fue difícil dejarlo ir, a pesar que tenía que volar para estar bien, desde ese lugar inconmensurable volando entre otros ángeles, alabando la misericordia de Dios y gozando de su casa celestial, está Francisco José (Franchu). Marina de Cocimano
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