Omar Bravo / La Capital
Su despacho en el noveno piso del edificio Anexo de Diputados no es el de un legislador; es el de un militante. Su escritorio parece que hace tiempo que ya no cumple con el rol pensado por el arquitecto: sobre él se acumulan pilas de proyectos, documentos, carpetas y diarios. Detrás, una silla moderna espera vanamente a Luis Zamora, que prefiere trabajar en los sillones que dan al ventanal, cerca de una computadora en cuyo monitor brilla la sigla AyL, de su movimiento Autodeterminación y Libertad. Fiel a su estilo, Zamora atiende a La Capital después de firmar el despacho diario, revisando papel por papel. -¿Perdió fuerza la consigna "que se vayan todos"? -La consigna "que se vayan todos", que surgió de la población, sigue teniendo una simpatía generalizada. Ahora, una cosa es un sentimiento de adhesión y de simpatía y otra es actuar para que se vayan. No se trata de gritar que se vayan, sino hacer que se vayan. Es evidente que no se está haciendo esto último. Convocamos a algunas marchas y la población no las tomó. Hay distintas razones, pero me parece que ahora la gente se interroga algo que todavía no tiene respuesta: "Se van todos, ¿y qué?". Se pregunta: si se va (Eduardo) Duhalde, ¿qué? Con (Fernando) De la Rúa no se preguntó que había después: lo echó. A partir de ahí se dio cuenta de que la cuestión no es echar a uno. Es decir, está buscando una respuesta que tiene que encontrar y dar, colectivamente, desde abajo, como pueblo. No le encuentra la pata a la sota. Está en un momento de reflexión, no de acción. -Ya no hay temas que junten a Zamora, Elisa Carrió, Víctor De Gennaro... -Tanto Izquierda Unida como Carrió han vuelto a hacer campaña. Con esfuerzo, habíamos logrado que la suspendieran; eso fue muy bueno en su momento. Lamentablemente, después de dos o tres marchas decidieron volver. Muchos nos dicen "¿para qué se juntaron con Carrió, con De Gennaro, con la izquierda?", "dividen todo, se enfrentan entre ellos". Quizás no fue creíble la convocatoria. Imagínese, tres horas para discutir el horario de una marcha... Pero la pelea para que se vayan todos continúa, no se invalida. Nosotros todavía no sabemos cómo vamos a participar en las elecciones, si vamos con candidatos o sin candidatos. Pero con o sin ellos, no renunciaremos a participar del reclamo para que se vayan todos. -Para Carrió, la falta de quórum en la sesión que iba a tratar el juicio a la Corte fue un triunfo político, ¿para usted también? -Esas son victorias a lo Pirro. Si creen que fue un triunfo político, lo creen ellos solos. Acá hay dos propuestas, la del PJ, que dice "hay que dejarlos impunes ya". Que la Corte se quede y cerremos el juicio. La otra, la del radicalismo, el ARI y el grupo de (Néstor) Kirchner, que dice: "Que se quede la Corte, pero dejemos abierta la posibilidad de enjuiciarla". Las dos posiciones llevan a lo mismo: una cierra el juicio hoy; la otra lo cerraría más adelante. Digámoslo, el Congreso no va a enjuiciar a la Corte. Lo del ARI y lo de Kirchner, en realidad es un taparrabos para el radicalismo. Yo les dije el miércoles: "Si ustedes dan quórum los vamos a denunciar, porque le van a permitir al radicalismo ingresar al recinto y dejar impune a la Corte. Para mí el justicialismo tiene que hacer todo solo. No hay que entrar ni siquiera al debate. Porque estar sería dar la idea de que hay un debate democrático, cuando se ha conseguido en forma mafiosa. -¿Cuál debe ser la estrategia electoral de AyL? -Hay un sector de nuestro movimiento que, con sólidos argumentos, piensa que habría que impugnar, denunciar la convocatoria electoral, pero con candidatos, participando de la campaña. A mi modo de ver, así se debilitaría el cuestionamiento a la convocatoria, se la legitimaría. Creo que es hora de un acto ético. No quiero decir que quien participe comete un acto poco ético, porque depende de cómo participe ¿no? Si lo hace como Rodríguez Saá, como el ARI, ahí sí, porque ellos van a avalar una inmoralidad. Si uno participa y denuncia, es otra cosa. Nuestro movimiento tiene que ver con formas nuevas de hacer política, y esta convocatoria es la vieja política y hay que invitar a la población a que diga basta. Hay que llenarles las urnas diciéndoles ¡váyanse! Vamos a ver que pasa... Les vamos a dar pelea todo el verano. -¿Qué efecto tendrá una victoria de Lula en Brasil? -Será un impacto mundial que un obrero metalúrgico de un partido de trabajadores llegue al gobierno del país más poblado y más grande de América latina. Estimulará a todos los que luchan por transformaciones profundas. El mundo verá que estos cambios son posibles. Hablo del triunfo de Lula, al que distingo del gobierno de Lula, que será otra historia que se tendrá que escribir. Ahí sí tengo algunos interrogantes por todas sus últimas propuestas. Por supuesto, deseo fervientemente que gane, que sea en primera vuelta y de manera contundente. El lunes voy a festejar junto al pueblo brasileño. Pero otra cosa será el gobierno. Lula tendrá una gran presión de la población, el PT es un partido de obreros, combativos, de intelectuales muy profundos. Y en los últimos tiempos el discurso de Lula se fue moderando. Pero el PT de sus orígenes sigue latiendo allí y si las expectativas se ven frustradas, el pueblo va a reaccionar. Pero el triunfo sacudirá al mundo, especialmente a Latinoamérica.
| Luis Zamora cuestionó desde el gobierno hasta el ARI. (Foto: Julio Menajovski) | | Ampliar Foto | | |
|
|