La semana pasada se desplomó un pedazo de historia en la zona sur de la provincia. Un viejo puente que había sido inaugurado en 1871, paralelo a la ruta 11 en La Ribera, entre Timbúes y Oliveros, cayó a las aguas del río Carcarañá. Fue en las primeras horas de un día gris, no hubo heridos y la crónica periodística apenas lo reflejó, pero la gente del lugar, sobre todo las personas ancianas, sintieron que algo de sus vidas se desprendía y caía.
El puente se inauguró hace 131 años, durante el gobierno de Domingo Faustino Sarmiento, y por décadas fue la única forma de cruzar el Carcarañá. Por él transitaron miles de chacareros, agricultores con los tractores y herramientas lo usaron en la primera mitad del siglo 20, pasaron cientos de cosechas, miles de carros y vehículos del campo y la ciudad. Era el paso obligado para dirigirse a Santa Fe por el Camino Real.
Desde hacía unos cuantos años el puente estaba clausurado para el tránsito por la inseguridad que tenía su estructura. En la actualidad simplemente era usado como plataforma de pesca o como pasarela para observar el río Carcarañá y la vasta vegetación circundante. "Los de antes lo van a extrañar por los recuerdos que asocian cuando miles de veces cruzaron el puente, los de hoy por las horas en que pescaron sentados en él", reflexionó un vaquiano de la zona.
Silencioso final
Un vecino que vive a escasos metros del puente, José Vranic, contó que "a las siete del triste día, un panadero pasó por el lugar y la estructura de hierro estaba como siempre, media hora después cuando regresó por la senda paralela a la ruta 11, estaba en las aguas del Carcarañá. No escuché ningún ruido estruendoso, no se cayó de golpe, sino que fue cediendo durante unos cuantos minutos, silenciosamente, hasta que parte de su estructura la cubrió el río".
El puente se inauguró el mismo año en que la fiebre amarilla azotaba al país. Sarmiento deseaba que se acortarán las distancias entre las distintas provincias y por eso impulsó el desarrollo del ferrocarril y la construcción de caminos. Ya Nicasio Oroño, en 1862, había concretado la apertura de un nuevo camino que unía Rosario con San Lorenzo. Quienes viajaban hacia Santa Fe debían cruzar el río Carcarañá en canoas, por eso se proyectó construir un puente de hierro, que finalmente se hizo realidad en 1871.
Epocas de esplendor
"El tránsito por el puente tuvo su esplendor a comienzos del siglo 20, por su angosta estructura pasaban muchos carros, todo tipo de vehículos y cientos de personas por día. Era el único paso que había hacia Rosario y Santa Fe, era un lugar de circulación para el agricultor. En los últimos 30 años del siglo 19 surgen localidades como Timbúes, Oliveros y Serodino y ello hace que el puente fuese aún más usado", expresó Miguel Angel Piagentini, docente, conocedor de la historia de la zona y concejal de San Lorenzo.
Algunos vecinos cuentan que sus abuelos les narraban que los soldados que se dirigían a luchar en la Guerra del Paraguay antes de inaugurarse el puente debieron dar una vuelta impresionante o cruzar en canoa el Carcarañá, pero al finalizar el conflicto bélico muchos al regresar pudieron cruzar con sus pertrechos el puente recién habilitado.
"El puente se cayó porque no se hizo mantenimiento, hace años que presentaba un desnivel de casi un metro, por eso estaba clausurado. Se fue carcomiendo la barranca, dado que el Carcarañá presenta crecientes de siete u ocho metros y es muy caudaloso", recordó Gabriel Font, ex secretario comunal de Timbúes.
En la caída mole de hierro sobre el río puede observarse una inscripción: J. L. Huber, Buenos Ayres, nombre de la empresa que realizó la estructura. "Los constructores del puente eran ingleses, recordemos que en esa época comenzaron a realizarse grandes ramales del ferrocarril e incluso a metros de allí aún hay una estructura similar por la que los trenes atraviesan el Carcarañá", acotó Font.
La comuna de Timbúes ante el derrumbe del puente solicitó a la provincia que se retiren los restos de la estructura para evitar riesgos en la zona de La Ribera ante una creciente del Carcarañá, pues la estructura caída podría formar una especie de improvisado y muy peligroso dique.
Paradojas de la historia
Desde hace años había un proyecto de trasladar el hoy caído puente hacia Oliveros para colocarlo donde hace más de 20 años estaba la pasarela que unía esa localidad con Campo Rincón. El cruce sobre el Carcarañá actualmente sólo se efectúa en canoas entre Oliveros y Campo Rincón. Valga la paradoja histórica, hoy la gente se traslada por allí igual que antes de 1871 lo hacía en La Ribera.
"Es una lástima que se haya caído el puente, mucho se habló sobre la idea de trasladarlo a la zona donde en 1983, debido a una creciente del Carcarañá, se desplomó una estructura de madera que unía Oliveros con Campo Rincón. Quizás pueda rescatárselo de las aguas y ubicarlo en Oliveros", expresó Font.
La Ciudad
