La ciudad de Río Gallegos, Tierra del Fuego y la zona austral de Chile quedaron aisladas "hasta nuevo aviso" del resto del país por un corte preventivo de la ruta nacional número 3, a 80 kilómetros al norte de la capital santacruceña, debido a que los tres puentes Bayley recientemente construidos sobre el río Coyle están al borde del colapso.
El cierre de la ruta fue ordenado por Vialidad Nacional en el tramo Lemarchand-Güer Aike para todo tipo de vehículos, lo que obliga a dar un rodeo por caminos provinciales que alargan la travesía entre seis y ocho horas.
Se estima que de extenderse en el tiempo, la medida podría provocar desabastecimiento, ya que los camiones de carga no podrán arribar a Río Gallegos y tampoco a varias poblaciones del sur chileno, hasta tanto no se rehabilite la ruta.
El jefe de Vialidad Nacional en Santa Cruz, Adrián Santos, dijo que según un relevamiento concretado por expertos en la base de los tres puentes Bayley, la velocidad de la correntada del río Coyle, que atraviesa ese sector de la ruta, podría ocasionar un colapso súbito, por lo que se decidió en forma preventiva, interrumpir el tránsito para todo tipo de vehículos.
A su vez, autoridades provinciales de Defensa Civil informaron que la medida obedece a que ayer buzos del Ejército Argentino detectaron severas erosiones sobre los puentes, causados por el inusual volumen de agua que arrastra el cauce, producto de las prolongadas lluvias y del deshielo anticipado de alta montaña".
Una alternativa dudosa
Mientras se coordinan acciones para arribar cuanto antes a soluciones, un vocero de Vialidad indicó que se habilitaron provisoriamente las rutas provinciales 9 y 5 y la ruta nacional 40.
En caso de emergencia, "los usuarios podrían tomar desvíos, que los llevarán primero hacia la zona cordillerana, por las rutas 9 y 40, para luego, a través de la ruta provincial 5, alcanzar la ruta 3 y así sortear el tramo interrumpido. El recorrido propuesto tiene varios kilómetros de camino no asfaltado y la travesía se alarga ya que por el estado de las rutas, en su mayoría "pesadas" por el barro, insume entre 6 y 8 horas más.
Las autoridades temen por un posible desabastecimiento, especialmente de la región sur de Santa Cruz, que además de Río Gallegos, afecta a las ciudades fueguinas de Río Grande y Ushuaia. (Télam)