Estrategias para combatir las infecciones hospitalarias

Cada año, aproximadamente 2 millones de personas se infectan en un hospital de los EE.UU. De ellos, 90.000 mueren. Para prevenir la aparición y contagio de infecciones, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de ese país diseñaron una estrategia consistente en la implementación de doce pasos para prevenir la resistencia antimicrobiana. El primer plan puesto en marcha es el referido a infecciones en adultos hospitalizados y los doce pasos a seguir contemplan 4 aspectos básicos: prevención de las infecciones, diagnóstico y tratamiento efectivo; uso prudente de los antibióticos y prevención de la transmisión (contagio).
"Estas normas hacen hincapié en el empleo de vacunas y de métodos diagnósticos antes de indicar antibióticos", explicó el doctor Guillermo Benchetrit, presidente de la Sociedad Argentina de Infectología.
Algunas pautas recomendadas para los médicos son: vacunar contra la gripe al personal de salud y a los pacientes en riesgo; usar catéteres sólo cuando sea indispensable; elegir la terapia más adecuada según el caso (haciendo cultivos para saber cuál es la bacteria en cuestión y corrigiendo la medicación si fuera necesario); saber cuándo decirle "no" a la vancomicina (un antibiótico muy potente) y buscar otros antimicrobianos alternativos; evitar la permanencia en el hospital de personas infectadas que puedan estar en su casa (para romper la cadena de contagio); lavarse metódicamente las manos; dar el ejemplo a los pacientes y consultar con un infectólogo especializado cuando se trate de infecciones sumamente delicadas.
Más del 70% de las bacterias que causan infecciones hospitalarias son resistentes a por lo menos una de las drogas más comúnmente usadas para tratarlas. Las personas infectadas con gérmenes resistentes a los antibióticos están más expuestas a períodos de internación prolongados, debiendo ser tratadas con fármacos muy fuertes, de segunda o tercera elección, a menudo más costosos.
Se considera que entre los principales factores que fomentan la resistencia bacteriana se encuentran el uso desmedido de antibióticos, la transmisión de infecciones, y la existencia de "huéspedes susceptibles de infectarse", es decir, personas con alto riesgo de desarrollar una infección ya sea porque han estado expuestas a antibióticos, presentan un estado delicado, son de edad avanzada, se les están realizando procedimientos invasivos, o porque tienen enfermedades subyacentes.