Año CXXXV
 Nº 49.619
Rosario,
miércoles  02 de
octubre de 2002
Min 9º
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Quería exigir justicia y al menos logró que lo escucharan

Luis Scimi inició un juicio en 1992 por un accidente laboral y el expediente insólitamente todavía continúa en trámite. Cansado de esperar, el hombre fue ayer a los Tribunales para preguntar una vez más cuándo tendría novedades. Como escuchó las mismas respuestas de siempre decidió hacer algo para que le prestaran atención: se trepó a un ventanal y amenazó con arrojarse al vacío desde el segundo piso. Lleno de angustia, después explicó sus motivos: "Estoy podrido de que me tomen el pelo", expresó.
Scimi espera cobrar el dinero de una indemnización por un accidente laboral. En 1998 un juez dictó sentencia a su favor, pero los demandados apelaron y la causa está paralizada. Es lo que le explicaron ayer en el juzgado Laboral Nº 1, donde le dijeron que solamente su abogado podía agilizar la causa. Indignado por la demora, salió de esa oficina y entró en una sala de audiencias. Fue allí donde logró que al menos por un rato lo escucharan.
En la causa están demandados una confitería y un abogado que ahora es fiscal federal. Ni su abogada ni los de la otra parte movieron el expediente desde 1998. Scimi explicó que por eso decidió exigir justicia de una manera más contundente. Un oficial de las Tropas de Operaciones Especiales lo rescató cuando amenazaba con quitarse la vida si no atendían sus reclamos. Al menos había logrado que alguien se interesara por su suerte durante un rato.


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