Año CXXXV
 Nº 49.616
Rosario,
domingo  29 de
septiembre de 2002
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Nueva agresión contra un ómnibus colmado de pasajeros
El Loco de la Escopeta desafió a la policía atacando a un micro
Al difundirse un fotofit, el francotirador baleó a un colectivo de la línea 107 en el viaducto Avellaneda

Ariel Etcheverry / La Capital

Más que un nuevo episodio que pasará a engrosar las estadísticas, lo de ayer puede decirse que fue una provocación. En la misma mañana en que La Capital salió a la calle con un fotofit del rostro del sospechoso de ser el Loco de la Escopeta publicado en su portada, un nuevo ataque a un ómnibus del transporte urbano de pasajeros se produjo en la ciudad, aunque en esta oportunidad milagrosamente los pasajeros resultaron ilesos.
Sucedió poco después de las 10 sobre el viaducto Avellaneda a la altura de Humberto Primo. El blanco esta vez fue un coche de la línea 107, de la empresa Baigorria, que circulaba en sentido norte-sur con casi 50 pasajeros a bordo. En el abultado historial de ataque a balazos contra micros y locales comerciales de la ciudad, esa empresa sufrió en varias oportunidades atentados de esas mismas características en la zona norte, principalmente en la avenida Alberdi. Hasta ayer a la tarde no se había radicado la denuncia policial, pero fuentes de la firma y el propio chofer confirmaron el episodio.
El coche baleado estaba a cargo de Jorge Sequeira. En diálogo con La Capital, el colectivero brindó su versión del episodio que, al igual que al resto del pasaje, lo tomó completamente por sorpresa. El ómnibus venía desde la zona norte y estaba a punto de ingresar al viaducto que pasa sobre las vías del ferrocarril. Lo hacía por el carril de la izquierda, es decir el de circulación rápida. En su interior, la capacidad estaba casi colmada y hasta había numerosos niños.
Sequeira relató que la explosión lo tomó desprevenido cuando circulaba a la altura de un local de venta de lanchas. "No pude ver nada porque en ese momento estaba mirando por el espejo retrovisor de la derecha, atendiendo el tránsito, y el estampido llegó desde el lado izquierdo del colectivo", sostuvo. El testimonio del empleado fue contundente: "Fue una detonación de un arma de fuego, no tengo dudas, además estalló la ventanilla y a la mayoría de los pasajeros se les llenaron de vidrios los bolsillos". De esa forma, Sequeira desestimó que haya sido una piedra lo que provocó el desbande dentro del colectivo. "Si hubiesen tirado un cascote que rompiera de esa forma la ventanilla, hubiera quedado dentro del habitáculo y no apareció ninguna piedra", añadió.
La perdigonada impactó en la parte superior de la cuarta ventanilla del flanco izquierdo, pero también dejó sus marcas en la chapa de lo que sería el techo del ómnibus. "Gracias a Dios nadie resultó herido, porque muchas personas viajaban paradas", manifestó Sequeira. Según su relato, tras el estallido del cristal lo primero que atinó a hacer fue frenar el coche y comprobar si alguien estaba lastimado.
"Admito que fue una maniobra peligrosa porque yo circulaba por la izquierda, pero tenía que ver si había alguien herido. Cuando comprobé que estaban todos bien, pedí que mantuvieran la calma y reanudé la marcha hasta Avellaneda y San Lorenzo, donde paré el coche. Allí volví a preguntar a uno por uno si estaban lastimados. Por suerte la gente estuvo tranquila a pesar de que había algunas criaturas", recordó el chofer.
En Avellaneda y San Lorenzo los pasajeros hicieron el trasbordo con el coche que venía detrás y todos continuaron viaje. Sequeira emprendió el regreso hacia el taller de la empresa. "No podía seguir en esas condiciones, con la ventanilla destruida y el colectivo lleno de vidrios", aseguró. A varias horas de ocurrido el hecho, la policía no había tomado cartas en el asunto porque al parecer el chofer no había concurrido a la seccional 8ª. La demora en dar cuenta a las autoridades podría explicarse en que no hubo lesionados y que todos los pasajeros continuaron viaje en el micro que circulaba detrás del de Sequeira.
La anterior aparición del Loco de la Escopeta se produjo el 18 de septiembre en avenida Eva Perón y Solís. En esa oportunidad el blanco del maniático fue un ómnibus de la empresa de media distancia Las Rosas, en el que recibió heridas en brazos y rostro el comerciante Víctor Alejandro Curaba. El caso fue distinto porque la propia víctima aseguró haber visto al agresor cuando disparaba contra el micro. Curaba brindó todos los detalles a los investigadores policiales que realizaron un fotofit del sospechoso en base a su descripción. Esa cara dibujada se conoció públicamente ayer en la tapa de La Capital, horas antes de que atacaran a perdigonadas a otro micro.



El colectivo fue atacado en Avellaneda y Humberto 1º. (Foto: Silvina Salinas)
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Según un testigo, así sería la apariencia del francotirador.
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