Bagdad/Washington/Moscú. - Irak, amenazando con una "guerra encarnizada" si es atacado, rechazó el borrador de resolución del Consejo de Seguridad de la ONU propuesto por Estados Unidos, que exige que Bagdad cumpla con nuevas normas de inspección de armas en plazos de 7 y 30 días si no quiere enfrentarse a una acción militar de represalia. Según comentó The New York Times, la negativa iraquí puede marcar el inicio de la transición de la diplomacia hacia la guerra en el golfo Pérsico.
El desafiante rechazo de Irak se produjo en medio de una campaña diplomática de Estados Unidos y Gran Bretaña para intentar convencer -con escaso éxito- a los otros miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU -Francia, Rusia y China- para que den apoyo a su iniciativa. Rusia ratificó ayer su oposición franca a una nueva resolución de la ONU. Francia, por boca de su presidente, Jacques Chirac, "rechazó el ultimátum de Bush", según el titular del diario Le Monde.
El vicepresidente iraquí, Taha Yassin Ramadan, advirtió que Irak no aceptaría ningún procedimiento adicional sobre las inspecciones de armas a las ya incluidas en resoluciones y acuerdos anteriores de su país con la ONU, como exige el borrador de resolución de EEUU, que prevé un plazo de 30 días para que Bagdad declare todos sus programas de armas de destrucción masiva. "El procedimiento de los inspectores ya ha sido decidido y cualquier otro procedimiento que pretenda hacer daño a Irak no será aceptado", agregó Ramadan.
Y el viceprimer ministro, Tareq Aziz, otra figura de primer plano del régimen de Saddam, advirtió que Estados Unidos sufriría enormes pérdidas si atacaba a Irak y que su país libraría una "guerra encarnizada" contra su enemigo.
La propuesta de resolución de la ONU, respaldada por Gran Bretaña, declararía que Irak ya ha violado actuales exigencias de la ONU y autorizaría la acción militar si Bagdad no accede a informar sobre sus armas de destrucción masiva. El documento, que será presentado a principios de la próxima semana, ha sido sometido a consideración de Rusia, China y Francia que, junto con Gran Bretaña y Estados Unidos, tienen poder de veto en el Consejo de Seguridad, formado por 15 países. Francia, Rusia y China tienen serias reservas sobre lo que consideran un tobogán casi inevitable hacia la guerra. Marc Grossman, subsecretario del Departamento de Estado norteamericano para asuntos políticos, se entrevistó ayer en Moscú, con el ministro de Exterior ruso, Igor Ivanov. Rusia volvió a plantear su posición: que son innecesarias nuevas resoluciones y sólo debe garantizarse que los inspectores reanuden de inmediato su labor. En París una portavoz del presidente Jacques Chirac dijo que Francia seguía comprometida con un plan de dos resoluciones: una sobre la readmisión de los inspectores y una segunda sobre fuertes medidas si aquellos encuentran dificultades. Bush discutió por teléfono ayer con Chirac el proyecto.
El borrador de EEUU
Irak, según el borrador de EEUU, tiene siete días después de que la resolución sea adoptada para aceptar todas sus exigencias, en lo que un diplomático calificó "la primera prueba de buena fe". Después de 30 días, Bagdad tendrá que declarar cualquier arma restante de sus programas nuclear, químico o biológico que pueda tener. Si Bagdad realiza "declaraciones falsas y omisiones" o no cumple con la resolución, un Estado miembro de la ONU puede usar "todos los medios necesarios" -término diplomático para la acción militar- para garantizar su cumplimiento.
Según EEUU, en la lista de lugares que deben abrirse incondicionalmente a las inspecciones figuran sedes políticas, de seguridad nacional e incluso edificios religiosos. Además, las inspecciones podrán hacerse sin dar aviso previo, como es obligatorio hasta hoy. "Todos los palacios presidenciales y mezquitas deben poder ser inspeccionados. El equipo de inspección tendrá derechos irrestrictos para entrar y salir de Irak y para moverse libre e irrestrictamente desde y hacia los lugares a inspeccionar, incluyendo los sitios presidenciales", según el borrador. Estos términos, estimaron en la ONU, jamás serían aceptados por Irak. Un funcionario de EEUU dijo que el borrador fue redactado "para ser rechazado" por Irak.
Dos acuerdos que no gustan
Según escribe ayer The Washington Post, la nueva resolución busca anular en especial dos acuerdos firmados entre Bagdad y la ONU. El primero, de febrero del 98, con la firma de Kofi Annan, secretario general de la ONU, se refiere a las inspecciones de los llamados "sitios presidenciales", que implican más de 1.000 edificios. El acuerdo requiere que Irak sea avisado antes de las inspecciones y que los inspectores sean acompañados por al menos dos diplomáticos extranjeros. El otro documento en la mira de los hombres de Bush es de 1996, y limita el número de inspectores de la ONU que pueden acceder a lugares definidos como "sensibles políticamente" o sitios relativos a la seguridad nacional iraquí. Irak insiste en que estos acuerdos son cruciales para salvaguardar su seguridad de los espías de EEUU que actuarían entre los inspectores de la ONU, en busca de blancos potenciales para futuros ataques aéreos.
Funcionarios de EEUU y antiguos miembros de la misión de inspectores replican que estas cláusulas son un obstáculo para lograr un acceso incondicional, como el que se había comprometido a dar Irak en 1991, apenas terminada la guerra del Golfo. Por entonces, se entendía que la misión de inspección y desarme de la ONU no debía durar más de seis meses. Pero los frenos que puso el régimen de Saddam llevaron a que las inspecciones se prolongaran hasta diciembre de 1998, cuando la última misión abandonó el país, poco antes de un ataque aéreo de represalia anglo-estadounidense. (Reuters, AFP y DPA)