Coleccionistas y preservadores de unidades antiguas de transporte público anunciaron la creación del Museo del Colectivo, el Omnibus y el Trolebús cuando se cumplen 74 años de la puesta en marcha del colectivo argentino. "El domingo (por hoy) nos juntamos todos los hinchas del colectivo para intercambiar ideas y lanzar las bases de lo que será el futuro museo", dijo Carlos Achával, presidente de la entidad del mismo nombre, que impulsa la obra. Achával explicó que la reunión será en Lacarra y Directorio, en uno de los ángulos del parque porteño Avellaneda. En ese lugar, los asistentes podrán observar fotos y réplicas de unidades, intercambiar anécdotas de la historia del colectivo y enterarse de las gestiones en marcha para la instalación del futuro museo. El coleccionista recordó que "hace 74 años, el 24 de setiembre de 1928, un grupo de taxistas de la parada de plaza Primera Junta se lanzó detrás de la idea de realizar un recorrido fijo con una tarifa fija". Por esa época ya existían en la ciudad de Buenos Aires los tranvías, los subterráneos y los ómnibus, que aunque la gente no lo sepa, no son lo mismo que el "colectivo". Los taxistas con recorrido fijo tuvieron una gran aceptación de público, por lo que decidieron agrandar el tamaño de sus taxis en función de la demanda. "La floreciente empresa de los taxistas con recorrido fijo provocó una protesta de las tranviarias por lo que la Municipalidad porteña tuvo que fijar un límite para estos nuevos servicios", dijo Achával. Las autoridades de entonces establecieron que los nuevos taxis-colectivos no podían medir más de 5,30 metros de largo, siendo la longitud la gran diferencia entre los colectivos y los ómnibus de esa época. En cantidad de pasajeros sentados, los colectivos de la década del 30 tenían un máximo de 11 y los ómnibus de entre 17 y 36, mientras que el largo de éstos era de aproximadamente nueve metros. Superada la ordenanza que no le permitía mayores dimensiones al colectivo, el tamaño del vehículo fue creciendo hasta confundirse con el ómnibus. El presidente del futuro museo marcó también otras diferencias destacables entre el colectivo y el ómnibus: "En el primero una sola persona manejaba y cortaba el boleto, mientras que en los ómnibus había chofer y boletero. Otra gran diferencia es que los propietarios de los colectivos eran particulares y podían tener hasta cuatro socios por coche mientras que los ómnibus eran propiedad de empresas", dijo. El famoso invento argentino llamado "colectivo" fueron entonces las unidades de transporte público originadas en propietarios taxistas con vehículos de no más de 5,30 metros de largo. A los socios propietarios se los llamó "sociedad de los componentes" y aunque muchos eran de extracción socialista, otros se caracterizaban por frecuentar el mundo artístico. El director de la entidad que administrará el futuro Museo del Colectivo recordó que en Capital Federal, el grupo acumula varias decenas de colectivos antiguos, aunque aun no están en condiciones de ser expuestos. El nombre de Carlos Achával ha superado las fronteras de nuestro país, al ser reconocido como el mayor preservasionista de unidades en el mundo, según el reconocimiento de la British Bus Preservation Group. No en vano, Achával es dueño de 30 colectivos adquiridos en distintas regiones del país, cuyos modelos van de las décadas 20 al 60. (Télam)
| Carlos Achával es uno de los mejores preservacionistas. | | Ampliar Foto | | |
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