A 40 años de la participación de Antonio Berni en la XXXI Bienal de Venecia, donde logró el premio oficial de grabado y dibujo, el Centro Cultural Recoleta presentará las obras que expuso en ese momento, centradas en Juanito Laguna, un chico de los bañados de Flores y un arquetipo de la vida en las márgenes de todo el continente, que le valieron el reconocimiento internacional.
Organizada por la secretaría de Cultura del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, los trabajos que serán expuestos en la Sala Cronopios del Centro Recoleta, a partir del 2 de octubre, ponen de relieve como Berni superó con maestría la polémica -estéril para todo gran artista- entre un arte "puro", preocupado sólo por lo formal y un arte "comprometido".
"El crítico Rafael Squirru, a cargo de Relaciones Culturales de la Cancillería; Jorge Romero Brest, director del museo nacional de Bellas Artes y primer integrante latinoamericano del jurado de la bienal, y el escultor Gyula Kosice como comisario de la muestra, lucharon -no sin polémicas- por la participación argentina, en un evento que se celebraba desde 1895, en el que nuestro país había estado pocas veces presente. Fue un momento muy fecundo para Berni y para la cultura de nuestro país", destacan los organizadores.
Un registro social de la miseria
Durante la década del 50 Berni viaja reiteradas veces a la provincia de Santiago del Estero y registra en dibujos, bocetos y fotografías los trabajadores y los niños de la región. Se interesa, también, en el paisaje de los suburbios de Buenos Aires y comienza a registrar las villas miseria, con un marcado expresionismo.
Los primeros cuadros son pintados al óleo, pero a partir del recorrido por las villas miseria, Berni incorpora a sus cuadros los desechos producidos por la sociedad industrial. Latas, arpilleras, clavos, plásticos, van a conformar el entorno en el que transcurre la vida de Juanito, un niño que vive en los orillas de la ciudad que lo margina.
Berni asocia temas universales como la pobreza, la prostitución y la marginalidad, con elementos propios de nuestra región. El legendario personaje de Juanito Laguna entra en la narración para señalar una realidad en la que viven miles de personas en la Argentina y en cualquier otro país.
El artista no crea el personaje para buscar conmiseración, sino que se propone inducir, provocativamente, una toma de conciencia. Su pintura no conformista cuestiona la realidad, empleando los recursos estéticos y formales para expresar lo ético.
En su carácter de invitado especial a la XXXl Bienal de Venecia, que se llevó a cabo en 1962, Berni presentó un conjunto de diez collages sobre Juanito Laguna y como único representante en área de grabado y dibujo, cinco xilo-collage de Juanito, y cinco dibujos a tinta.
Luego de solucionar problemas de montaje, ya que las obras de Berni eran muchas y de grandes dimensiones, el envío argentino quedó expuesto en salas del Pabellón Italiano, porque la Argentina carecía de pabellón propio.
El jurado internacional, formado por Jorge Romero Brest, Stefano Bottari, Enzo Carli, Raymond Cogniat, Philip Hendy, Zoran Krzisnik, Georg Schmidt, Soichi Tominage, Vittorio Viale, otorgó a Berni el primer premio del Ministerio de la Instrucción Pública para el Grabado y el Dibujo extranjero.
Para Berni, lo verdaderamente importante es que el galardón era obtenido por Juanito. Los grabados, realizados entre 1961 y 1962, Juanito con pescado, Juanito bañándose, Juanito pescando, Juanito cazador, y Juanito Laguna con red, tiene como novedad, además de las grandes dimensiones, la incorporación del collage en la matriz.
Son xilo-collages, xilografías a las que agrega piezas metálicas y tejidos y a las que aplica el color utilizando la técnica del estarcido. (Télam)