Año CXXXV
 Nº 49.616
Rosario,
domingo  29 de
septiembre de 2002
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La última ficha. El salvavidas permitiría la transición
Prevén un acuerdo de corto plazo con el FMI
Para Anoop Singh hay "señales alentadoras". Según Lavagna, no hay temas pendientes insalvables

Tras un par de semanas caldeadas por durísimos cruces de declaraciones, finalmente el Fondo Monetario Internacional (FMI) lanzó ayer mensajes que permiten ver un poco más cercano un acuerdo financiero con la Argentina. Tanto el comité del organismo como el director del Hemisferio Occidental, Anoop Singh, coincidieron en señalar en la reunión cumbre del ente multilateral que se realiza en Washington que existen "señales alentadoras" en medio de la crisis. La idea es llegar a un arreglo de corto plazo que permita asegurar la transición hasta que asuma un nuevo presidente, y que el gobierno de Eduardo Duhalde actúe "rápido" para garantizar un programa económico sostenible.
El director del Hemisferio Occidental, Anoop Singh, se reunió anoche con la delegación argentina que está en Washington, integrada por el ministro de Economía, Roberto Lavagna, el secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, y el presidente del Banco Central, Aldo Pignanelli. Lavagna, según revelaron fuentes de la delegación, aseguró antes de la cena que no hay "cosas pendientes insalvables" para acordar con el FMI.
El funcionario del Fondo dijo que "hay algunas señales alentadoras de que la situación tiende a estabilizarse", adelantó que "habrá un programa, y será un programa fuerte", y precisó que la idea es que las conversaciones apunten a un acuerdo de corto plazo, que cubra los vencimientos hasta que asuman las nuevas autoridades del país.
El FMI "ha adoptado una actitud más abierta, más transparente", dijo Singh, y añadió que la entidad "ha hecho esfuerzos extraordinarios" para entender "qué fue lo que funcionó mal" en el pasado.
En su tercer día de gestiones en Washington, Lavagna se reunió con su par canadiense (y titular del G-7), John Manley, ante quien desplegó su estrategia de "esclarecimiento" sobre la situación argentina, con la que desembarcó en la Asamblea Anual conjunta del FMI y el Banco Mundial.
Al término de la reunión, Manley sostuvo que "algunas de las noticias que nos trajo sobre las mejoras en la economía argentina son alentadoras", y destacó que "todo indica ciertamente que las condiciones están dadas para que (los argentinos) manejen su deuda con los organismos multilaterales".
Por su parte, el Comité Monetario y Financiero Internacional, máximo órgano político del FMI, subrayó los pasos "positivos" dados en los últimos meses por Argentina, y urgió al gobierno a "moverse rápidamente" para lograr un acuerdo con la entidad multilateral. En un comunicado oficial, instó "a las autoridades, en colaboración con el Fondo, a actuar rápido para alcanzar un acuerdo sobre un programa económico sostenible que pudiera recibir un apoyo de las instituciones financieras internacionales, y sentar las bases para restablecer la estabilidad y el crecimiento".
Otro apoyo que logró Lavagna fue el del ministro de Economía chileno, Nicolás Eyzaguirre, quien instó al Fondo a "mantener un involucramiento activo con las autoridades, para definir las maneras de recuperar la estabilidad financiera y concluir de forma expedita un programa económico que pueda ser apoyado por un stand-by".
Eyzaguirre, en representación del Cono Sur, expresó que "luego de una depresión severa, las condiciones macroeconómicas se han estabilizado, la producción industrial se ha estabilizado y los indicadores financieros están mostrando menos volatilidad".
De todos modos, en la propia delegación argentina intentaban bajar las expectativas del viaje: "Básicamente los quiero escuchar para tener precisiones sobre los problemas, obstáculos o dudas que les queden", dijo Lavagna antes de su cena con Singh y el jefe del caso argentino, John Thornton. "Esta no es una misión negociadora", remarcó el ministro.
Respecto del consenso político que buscan lograr los altos mandos del FMI antes de dar su aprobación a la asistencia, Lavagna afirmó que "se puede intentar un diálogo de ese tipo, pero sólo sobre la base de un borrador de acuerdo con el Fondo".
"Brasil intentó hacerlo sin un acuerdo y los resultados fueron malos. Después, cuando se estaba por aprobar la ayuda, los candidatos la apoyaron", ejemplificó.
En Buenos Aires, el secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, aseguró que "este es el mejor momento para acordar". Admitió que el FMI objetaba la ley del dos por ciento sobre los intereses para la obra social de los bancarios, el proyecto de reforma del CER y la sentencia de la Corte Suprema que anuló el recorte del 13 por ciento, pero sostuvo que Duhalde dialogó el jueves pasado con el director del FMI, Horst Köhler para detallar cuál es la estrategia del gobierno en cada caso.
El ministro Lavagna se reunió ayer también con el subsecretario de Estado estadounidense, Alan Larson, y el vicepresidente del Banco Mundial, David De Ferranti. Para hoy tiene agendadas reuniones con sus pares de Francia, Francis Mer; de Holanda, Hans Hogervorst; y de España, Rodrigo Rato, a quienes buscará convencer de que Argentina ya cumplió con su parte de las negociaciones.
Finalmente, para mañana, cuando ya haya terminado la asamblea anual, quedaron los encuentros con el titular del Fondo, Horst Köhler, y el jefe del Tesoro, Paul O'Neill.



Protestas matizan la reunión del FMI en Washington.
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