El juicio político a la Corte Suprema tendría el miércoles su desenlace en la Cámara baja, donde el PJ y la mayoría del arco opositor intentarán sumar los votos necesarios para rechazarlo, si se trata del oficialismo, o devolverlo a comisión, como proponen quienes insisten en acusar al tribunal. En uno y otro sector hay optimismo acerca de resultados que los favorezcan, lo que anticipa que el conteo en el recinto será tan reñido como en todos los temas que marcan en la Cámara una línea divisoria difícil de franquear. Luego de cuatro intentos frustrados, el presidente de la Cámara, Eduardo Camaño (PJ), consiguió que el bloque radical baje al recinto a la sesión de tablas del miércoles para someter a votación el regreso a comisión de los dictámenes emitidos. La sesión se iniciará con el tratamiento del proyecto que reformula el CER (coeficiente para actualizar los créditos bancarios no eximidos por la ley) y el pago con bonos, dos asuntos consensuados. Luego se pondría a consideración la propuesta para devolver los dictámenes de acusación a la comisión de Juicio Político, como pidió por nota el presidente del cuerpo, el santacruceño Sergio Acevedo (PJ). Esta vía es la salida más elegante al problema, y en la misma coincidieron los radicales, ARI, Frepaso, entre 15 y 20 legisladores del PJ y el resto de los partidos de izquierda. Para lograr su objetivo, la UCR tendrá que poner unos 60 diputados en el recinto, los que se sumarán a unos 30 del ARI y otro tanto del resto que está a favor de la acusación. Con viento a favor, el resultado permitiría votar con mayoría simple el pase a comisión. "Creemos que vamos a ganar, tenemos los números para que ello ocurra; si perdemos es porque el ARI y la gente que se comprometió a acompañar esto no va a estar", dijo el radical Fortunato Cambareri, quien intentó así compartir responsabilidades ante un eventual fracaso de la votación, que "es una hipótesis que no elaboramos", deslizaron de todos modos. Pero si los votos no alcanzaran, el diputado adelantó: "Vamos a dar el debate. De lo contrario, ¿a qué estamos jugando?". El menemista Manuel Baladrón, a su vez, insistió antes del fin de semana en mantener su exigencia de votar primero la preferencia para tratar los dictámenes. Cambareri replicó a esto que "si se cumplen el compromiso y están en el recinto todos los que tienen que estar no podrá prosperar ninguna ocurrencia de otro diputado". Horacio Pernasetti (UCR), a su vez, se mostró tranquilo con el orden de votación, que terminará de ajustarse en la reunión de la comisión de Labor Parlamentaria. Otra posibilidad es que la presidencia de la Cámara ponga a consideración la propuesta del radicalismo y la discusión de los dictámenes en una sola moción. Es decir que el rechazo de la primera postura deje habilitado la segunda en forma simultánea. Si así fuese, la discusión de los dictámenes quedaría abierta y se iniciaría un debate en continuado que podría extenderse hasta el viernes. Para aprobar la promoción de las acusaciones en el Senado se requieren dos tercios de los votos; si no se consiguen serán archivadas las causas, que es con lo que cuenta el oficialismo.
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