Año CXXXV
 Nº 49.616
Rosario,
domingo  29 de
septiembre de 2002
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Entrevista con el periodista que denunció los sobornos
Thomas Catan: "Los banqueros tienen miedo de denunciar coimas"
El corresponsal teme perder sus fuentes informativas a causa de la investigación que realiza Bonadío

Rodolfo Montes / La Capital

Thomas Catan es el corresponsal del diario inglés Financial Times en la Argentina que desató una tormenta político-judicial de consecuencias imprevisibles. La publicación en su medio de un pedido de coimas de miembros del Senado de la Nación a banqueros (a cambio de no sancionar una ley que afecta intereses de los bancos que operan en el país) jaquea a la ya cuestionada Cámara alta, herida de muerte tras los presuntos sobornos por la aprobación de la reforma laboral, que desencadenó la renuncia de Chacho Alvarez a la vicepresidencia de la Nación.
Las certezas del periodista parten de fuentes reservadas que le confiaron la preocupación, a modo de reclamo, que los empresarios de los bancos hicieron ante los embajadores de Estados Unidos e Inglaterra. El soborno no se concretó, y por eso existen mayores posibilidades de que el episodio sea esclarecido.
Sin embargo, el caso tomó un giro sorpresivo. Intervino la Justicia, la causa la tiene el juez federal Claudio Bonadío, y ahora el investigado es el periodista. Está en trámite un pedido a las compañías telefónicas para que entreguen el listado con las llamadas de Catan, tanto de entrada como de salida, lo que constituye una violación del artículo 43 de la Constitución, que protege el derecho a mantener las fuentes periodísticas en reserva.
"En vez de estar avanzando en la investigación nos hacen perder el tiempo en defender nuestros derechos constitucionales. Bonadío quiere matar al mensajero", le dijo Catan a La Capital en las oficinas del estudio jurídico de Luis Moreno Ocampo, momentos antes de promover una acción "contra el acto jurisdiccional consistente en solicitar a las empresas de telefonía las llamadas entrantes y salientes de los teléfonos", expresa el objeto del amparo, que lleva las firmas de Hugo Mario Wortman Jofré y Santiago Vegezzi.
Catan es un hombre joven, bilingüe desde siempre, que se crió por épocas entre México, Estados Unidos e Inglaterra. Conoce la Argentina pero, en una entrevista con La Capital, no deja de sorprenderse: "Es notable que desde el último escándalo de sobornos, en el 2000, todos los políticos que impulsaron la investigación hoy se encuentran fuera de la política, incluyendo al (ex) vicepresidente de la Nación".
-¿El pedido de coimas fue de senadores hacia banqueros?
-Entre empresarios y senadores hay una responsabilidad compartida en el juego de los sobornos. Pero en cada acto de soborno hay quién lo pide y quién lo paga.
-Según sus fuentes, la operación no se concretó.
-En este caso el soborno no se concretó, no hubo pago. Estas son las oportunidades en las que realmente tenemos la posibilidad de investigar un poco más. Cuando las transacciones se concretan es muy difícil descubrirlas; en cambio, cuando no se concretan, tenemos a una de las partes no comprometidas directamente... Y alguien podría hablar.
-¿Qué debieron hacer los banqueros?
-Denunciar. Y por eso, en un sentido amplio, todos tienen compromiso. Los banqueros tienen temor a denunciar porque saben que deberán seguir trabajando en un clima corrupto.
-Hasta donde llegó su investigación, ¿cuáles fueron las acciones concretas que hicieron los banqueros para romper la trampa del soborno, si es que hubo alguna...
-Tengo la impresión de que ellos quisieron tratar esto por la vía diplomática y no por la Justicia ni por los medios de comunicación. Se limitaron a eso.
-La decisión del juez Bonadío de investigar sus llamadas telefónicas de entrada y salida parece gravísima.
-Es claramente negativa. Porque me corta la relación con las fuentes, que, al enterarse de que mis teléfonos están siendo investigados por la Justicia, inmediatamente dejaron de contactarse conmigo. Todos los que me llaman en estos días están pensando que un juez va a escuchar los llamados. Eso atenta contra la libertad de información; no es un tema personal. Estamos todos observados y entonces la información no circulará por nosotros. Ese es el peor perjuicio público.
-¿Cuál es su impresión personal de este episodio?
-Me siento intimidado.
-¿Cómo considera que está la Argentina en materia de libertad de información?
-Creo que en toda Latinoamérica hay problemas de corrupción y de falta de libertad de prensa. Pero la Argentina tiene una prensa de las mejores de Sudamérica, que sabe defenderse. Es notable que en estos momentos hayamos recibido la solidaridad de muchas entidades que agrupan a periodistas.
-¿Cómo seguirá la investigación?
-Mi propósito es avanzar. Aunque en los países como la Argentina, donde la Justicia está impregnada políticamente, muchas veces los periodistas pasamos a ocupar lugares que no nos corresponden. No somos fiscales ni policías. Por ejemplo, ahora me piden que vaya a declarar al Senado, me piden que vaya a la Justicia. ¡Esos no son lugares para que vayamos a hablar los periodistas! Los periodistas publicamos aquello sobre lo que estamos seguros. Ese es nuestro trabajo.



"Los periodistas no somos fiscales ni policías", dijo. (Foto: Diario La Nación)
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