En Mendoza llueve en un año casi lo que en Rosario puede ocurrir en una semana. La mañana del jueves 6 de septiembre amaneció lloviendo y el color del cielo presagiaba que no iba a dejar de hacerlo. Estábamos alojados en un club de campo en la localidad de Maipú, zona de bodegas y capital provincial de la aceituna. El itinerario planeado para ese día comenzaba en Luján de Cuyo y luego continuaba hacia el sur a Tunuyán, para terminar en el oeste, en el Manzano Histórico.
Después de visitar la casa del pintor Fernando Fader, hoy museo provincial, y la Facultad de Ciencias Agrarias en Luján de Cuyo nos dirigimos hacia la ruta 40 para seguir viaje. En una estación de servicio nos enteramos que probablemente no podríamos llegar hasta el Manzano."Con seguridad está nevando y el camino no es bueno", sentenció el despachante de nafta. Nos asaltó la duda: seguir o volver, pero decidimos continuar.
A la entrada de Tunuyán encontramos un puesto de información turística donde bajamos a consultar. Muy amablemente, como nos atendieron todos los mendocinos durante el viaje, nos asesoraron respecto de las precauciones a tener en cuenta: vayan despacio, el camino es bueno, seguro está nevado, si hay hielo sobre el pavimento y lo notan resbaladizo no sigan. Más tranquilos continuamos hacia la ciudad.
Manzanas y sidra
Tunuyán es conocida por las manzanas y la sidra. Es el centro del denominado Valle de Uco. Su actividad principal son las grandes plantaciones de frutas: manzanas, duraznos, ciruelas, peras y almendras. La ruta 40 se transforma en la avenida General San Martín, atravesando de norte a sur toda la ciudad.
Al llegar a la calle Villanueva tomamos hacia el oeste, pasando por barrios residenciales, calles periféricas de álamos altísimos, plátanos imponentes y hermosas quintas frutales. Así llegamos a una planta embotelladora de agua mineral y antes de una curva nos topamos con la Posada del Jamón, fábrica de fiambres y embutidos caseros. Decidimos hacer un alto y almorzar.
Después de conocer las virtudes del jamón crudo mendocino cortado a cuchillo seguimos hacia nuestro destino. Sólo faltaban 28 kilómetros. El cielo se ponía cada vez más negro y el termómetro del auto anunciaba que la temperatura exterior era de dos grados. A esa altura la lluvia ya se había transformado en agua-nieve y la nieve acumulada al costado del camino era cada vez más importante.
Retoño histórico
El paisaje estaba envuelto en una densa niebla y sólo era posible distinguir las siluetas de los cerros nevados. Cuando nos faltaban escasos 10 kilómetros comenzaron a aparecer tímidamente los pinos. El termómetro en forma intermitente nos indicaba 0º de temperatura.
Una capilla de San Antonio nos dio la bienvenida, y a escasos metros, un cartel verde nos señaló nuestro destino: Manzano Histórico, 1.200 metros sobre el nivel del mar.
En el lugar se encuentra un retoño del árbol histórico bajo cuya sombra descansó el prócer a su regreso de Guayaquil. Metros más adelante se erige un importante monumento del año 1950, recordando el encuentro entre el coronel Olazábal y el general San Martín, enmarcado por enormes y densos pinos y, al fondo, la majestuosa cordillera de los Andes totalmente nevada. El paisaje se completa con un pintoresco puente curvo sobre el arroyo Las Pircas y una moderna confitería octogonal, desde cuyo interior se puede apreciar confortablemente todo el panorama.
Volvimos a Maipú con nuestra inseparable compañera, la lluvia. Con la satisfacción de la misión cumplida, y con la firme certeza de volver algún día para quedarnos por más tiempo para poder disfrutar de este paraíso que no figura dentro de los recorridos turísticos más promocionados de la provincia de Mendoza, como reza el slogan "tierra de sol y de buen vino".
Adriana Cripps