El ex senador nacional y párroco de Quilmes, Luis Farinello, criticó la actitud del Episcopado de permanecer en silencio sobre el caso de monseñor Edgardo Storni. "No me gusta que la Iglesia tape las cosas feas", señaló, al tiempo que afirmó que la prensa "debe decir la verdad, aunque duela".
Aunque eludió nombrar al renunciante arzobispo, reconoció que "hay pecado dentro de la Iglesia", puntualizando: "Me hace bien pensar que hay curas buenísimos. De los otros, no sé qué les pasó", pero admitió que "a algunos curas el poder los volvió locos".
Farinello sostuvo que "la verdad siempre surge, por eso hay que decirla" y remarcó que "una cosa es guardar silencio como respeto al otro, pero muy distinto es tapar las cosas".
Sin embargo, señaló que la jerarquía eclesiástica nacional está reconociendo lo que sucede con Storni. "Creo que lo está haciendo de hecho, porque no han salido a defenderlo. Esa es una forma de reconocimiento, pero pretender que el Episcopado salga a decir claramente toda la verdad, sinceramente es pedirle mucho", expresó.
En ese sentido, destacó que "la Iglesia aún no ha hecho una autocrítica seria sobre lo que pasó con los militares", admitiendo luego que "a veces la Iglesia fustiga a los políticos, pero también debería pedir perdón porque recibió dinero de fondos reservados, porque nos callamos tantas veces, porque no supimos defender la vida".
Siguiendo en esa línea de pensamiento, el cura-político endureció su crítica hacia el Episcopado: "Es fácil ponerse en un altar y hablar de los demás, pero también hay que mirar un poco hacia adentro, como lo hizo el Papa. El Santo Padre es mucho más valiente que nuestro Episcopado, sobre todo porque habló hasta de los desaparecidos en nuestro país, mientras acá aún se mira para otro lado".
Consultado por La Capital sobre la influencia de la Iglesia en los sectores del poder político, Farinello fue categórico: "La Iglesia no tiene que tener privilegios con el poder ni ocuparse de poner o sacar funcionarios, tiene que estar siempre cerca de los pobres", dijo, y recordó que "a Jesús lo mató el poder".
El sacerdote también evitó expresarse directamente sobre los hechos que conmueven a la Iglesia santafesina, pero señaló que "en todas partes hay gente buena y gente que se vende y que ha perdido el objetivo de la vida. Jesús, en tres años conquistó a 12 hombres, uno lo vendió por plata (Judas), otro lo negó y los demás huyeron cuando lo arrestaron".
Interna del clero
Farinello también reflexionó sobre la vida interna del clero. "La Iglesia está hecha por hombres. Puedo asegurar que hay hombres maravillosos, que guardan el celibato, que envejecen en los cotolengos, pero también tengo que decir que hay pecado dentro de la Iglesia", remarcó.
"Me hace bien pensar en que hay curas buenísimos. De los otros, no sé qué les pasó. No los juzgo, quiero entenderlos pero no puedo. Todo lo que es capaz de hacer un hombre común también lo puede hacer un sacerdote, así que no hay que escandalizarse", opinó.
Sin embargo puso paños fríos sobre los temas escandalosos indicando que "no hay que perder la fe en Dios. Si un cura que hizo un bien, entonces bendito sea Dios, pero si defraudó, rezemos por él porque es un hombre, es un pecador. La fuerza de la fe en Dios es más grande que todos los curas juntos".
Con su habitual estilo coloquial, Farinello también se ocupó de analizar la conducta de los obispos argentinos. "En la Iglesia hay espacio para la dignidad y uno puede enfrentar ciertas cosas. Cada obispo es un mundo y hay distintas maneras de ser obispo. Todos practican la misma fe, pero está medida por los hombres, que son distintos", señaló.
Para dar un ejemplo citó a Jaime De Nevares y a Antonio Quarracino. "Ellos hacían la misma misa y se hallaban en la Conferencia Episcopal. Pero Quarracino estaba con el indulto, el poder, Menem y los subsidios. En cambio, De Nevares estaba con los pobres y los indígenas. Cuando murió De Nevares, diez mil indígenas bajaron de la montaña para ir a su velatorio y fue enterrado con ropa de campesino y no con la de obispo. Los obispos también son hombres, con sus características. Algunos más corporativos y otros más abiertos a la vida", apuntó.
Al relatar una experiencia personal contó que "cuando monseñor Jorge Novak me dio el permiso para actuar en política y ser candidato a senador nacional, algunos obispos me llamaron para felicitarme por la posibilidad de llevar la palabra de Jesús a un lugar tan difícil y que iban a rezar por mí, en cambio otros me dijeron que jamás me hubieran dado esa oportunidad porque lo mío representaba una locura".
Pero el análisis de Farinello se tornó más duro y citó otro ejemplo, pero más doloroso. "Durante la dictadura militar hubo capellanes que sabían lo de las torturas y las desapariciones, daban consuelo espiritual a quienes hacían torturas y los vuelos de la muerte; sin embargo hubo 17 curas asesinados por los militares. Siempre será así. Habrá curas que se la juegan, que están cercanos a la vida y curas a los que el poder los volvió locos".
Con clavos y madera
"Soy sacerdote de Jesús, que fue llevado preso, torturado cuando no había picanas pero había azotes y condenado a muerte cuando no había aviones pero había clavos y madera. Soy sacerdote de un torturado, de un preso. Cómo voy a avalar la tortura y la muerte. Eso sería perder la noción de quién soy", se autodefinió.
Pero a pesar de sus expresiones, el sacerdote bonaerense se mostró optimista sobre la Iglesia porque "sigue siendo la mejor reserva de los valores morales, a pesar de las cosas que están pasando. Cuando se hacen encuestas en ese sentido, la Iglesia aparece en primer lugar, y luego la prensa".
Sobre este último punto dijo que "la prensa debe decir la verdad sin hacer sensacionalismo ni meter más mierda donde ya hay bastante mierda. Pero la verdad es la verdad aunque duela, y se acabó", pero opinó que "se puede decir la verdad con misericordia o con rencor y odio, esa es la diferencia para decir las cosas. Se puede decir la verdad con la misericordia del hombre sabio que puede explicar que las cosas están mal, o decir: A ese lo vamos a reventar. Pero ustedes tienen la obligación de decir la verdad".