Llegaron muy temprano con la ansiedad del primer día, y a las 8 ya tenían todo listo con impecables delantales y manteles a cuadros. Y apenas entrado el mediodía los canastos de verduras estaban vacíos, quedaban pocos frascos de dulces en los tablones, el pan casi se había acabado y los compradores se iban bolsitas en mano. Así, la apertura de la Feria de Verduras y Productos Artesanales fue en el día inaugural un éxito, y los productores aseguraron desde sus puestos que esta oportunidad les "devuelve la dignidad del trabajo". Las plantas medicinales son uno de los productos que se consiguen. A un peso se venden plantines de ajenjo y buscapina (para el malestar estomacal), yerba de sapo (para la circulación) y calencho (para la gastritis). "Hace tres años que estaba desocupado y ahora puedo demostrar que soy útil", expresó Ramón Solís, que trabaja en una huerta de Avellaneda al 5600. Unos puestos más adelante, Sabiniano Cardozo ofrecía canastos y cunas de mimbre (a 9 y 12 pesos). "Era camionero, pero me quedé sin trabajo y me desesperé", contó el hombre, que aprendió de su padre el arte de la mimbrería. Otros ofrecían dulces caseros de naranja, zapallo, frutilla, manzana y pera (a tres pesos), así como licores de los más variados sabores: limón, naranja, mandarina y café (4 pesos la botella chica y 7 la grande). Y quienes llevaron verduras y hortalizas volvieron con los cajones vacíos. Vendieron lechuga (1 kilo a 1,25 peso), acelga y espinaca (35 centavos el paquete), zanahorias (1 kilo a 1 peso) y cebollas de verdeo (10 centavos por unidad). Lo mismo sucedió con los productos de panificación de los vecinos del barrio Avellaneda Oeste, que vendieron roscas (50 centavos cada una) y pan casero (a 1,20 peso los 800 gramos), además de cañoncitos con crema y facturas. Lo cierto es que los puesteros esperan que el éxito continúe.
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