Un abogado especialista en daños y perjuicios ocasionados por accidentes de tránsito fue procesado por administración fraudulenta al comprobarse que se quedó con buena parte de la indemnización que debía entregar a una clienta por decisión de un tribunal. El magistrado que lo procesó también le dictó la prisión preventiva, aunque el acusado permanece en libertad, y trabó embargo sobre sus bienes por 20.000 pesos.
La resolución fue dictada por el juez de Instrucción Carlos Alberto Carbone e involucra al abogado Rodolfo Héctor Zanassi, un experto en demandas contra compañías de seguro por accidentes.
La investigación sobre este caso se inició por iniciativa de otros tres magistrados cuando supieron que Zanassi cobró una indemnización de 27.500 pagada por una compañía de seguros y a su clienta sólo le entregó 10.000 y en varias cuotas.
El monto de esa indemnización había sido fijado por esos mismos magistrados, miembros del Tribunal Oral de Responsabilidad Extracontractual Nº 1, al condenar a la compañía San Cristóbal a indemnizar por los daños causados a la mujer en un accidente de tránsito que ocurrió hace años.
La víctima era una menor que con los años se convirtió en policía y ahora trabaja en esa repartición. Un colaborador de Zanassi la contactó tres días después del accidente, cuando estaba internada en un hospital público, y ofreció sus servicios como abogado. "Si ustedes nos dan el caso el doctor se encarga de todo", prometió el enviado del abogado a la chica y sus padres. El emisario puso una sola condición: que no "molestaran" mientras se tramitara el juicio.
En setiembre de 1997 el Tribunal Oral dictó sentencia a favor de la víctima pero Zanassi ni siquiera se lo comunicó. Recién tres años después le dijo a los padres que había logrado un arreglo extrajudicial con la compañía y que ésta pagaría cinco cuotas de 5.000 pesos con cheques a nombre del propio abogado. La mujer cobró la última cuota recién en agosto de 2001.
Administración fraudulenta
"Yo no cometí ningún delito, entregué el dinero sin retener nada", le dijo Zanassi al juez cuando lo interrogó como acusado de una estafa. El juez Carbone quiso saber si había entregado los 27.500 pesos y el abogado comenzó a poner excusas diciendo que de ese monto tuvo que deducir gastos en honorarios, peritos y otros rubros. El magistrado le pidió entonces el detalle de esas deducciones y el profesional no sólo perdió la memoria sino que además carecía de comprobantes.
La víctima y sus padres, en tanto, afirmaron que ni siquiera conocían la existencia de un fallo que la indemnizaba. "El jamás vino a casa y lo ví una sola vez en el Tribunal Oral", declaró el padre de la chica. Zanassi, en cambio, había dicho que fue personalmente a la casa familiar a informar que la compañía de seguros pagaría.
Según Carbone, en el expediente hay indicios "numerosos, graves y concordantes" sobre la existencia de un delito cometido por Zanassi. Para el juez, el abogado incurrió en una de las formas de estafa que consiste en la administración fraudulenta (o infiel, como la definen algunos juristas) de dinero ajeno. Eso perjudicó a su cliente y por eso fue procesado, aunque la medida no está firme porque todavía puede ser apelada.