El ministro de Economía, Roberto Lavagna, aseguró ayer que el gobierno no utilizará las reservas para pagar las deudas con el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que vencen en octubre, ya que se acogerá a un mecanismo de prórroga automática por 30 días. El jefe del Palacio de Hacienda dijo que esta postergación le permitirá seguir negociando un acuerdo con el Fondo Monetario, aunque subrayó que no firmará cualquier convenio. Un día antes de volar a Washington, donde se verá cara a cara con la cúpula del Fondo, se quejó de que la entidad que conduce Horst Köhler tiene un "problema de percepción" respecto de la situación argentina y dio a entender que si las negociaciones se estancan podría iniciar directamente conversaciones con los acreedores privados.
En diálogo con corresponsales de agencias extranjeras, Lavagna advirtió que el objetivo "irrenunciable" del gobierno es destinar la recaudación impositiva a la lucha contra la pobreza y financiar a las devastadas economías provinciales. "El gobierno esperaba financiar esto a través del acuerdo con el Fondo", puntualizó y aseguró que el pago a los organismos internacionales deberá coexistir con las necesidades de destinar fondos a la atención social en el país.
El ministro de Economía admitió que está en los planes hacer uso de los 30 días de gracia que tienen los próximos vencimientos -800 millones con el Banco Mundial y 250 millones con el BID- y usar ese tiempo para ver cómo se los cancela más adelante: "Ya pasó este año y es absolutamente normal", afirmó. Cabe destacar que para cubrir los vencimientos de septiembre se usaron reservas del Banco Central.
"Que la Argentina va a cumplir no cabe ninguna duda, puede haber, sí, dudas sobre el cuándo y el cómo", explicó el ministro, quien dijo que "hay objetivos internos extremadamente importantes y está también el objetivo de cumplir con las obligaciones externas".
Agregó que "la única manera de reconciliar esos dos objetivos y cumplirlos simultáneamente es el acuerdo con el FMI".
Para Argentina, que este año utilizó las alicaídas reservas del Banco Central para cancelar deudas con entidades financieras por 3.600 millones de dólares, un incumplimiento la pone frente al riesgo de quedar completamente excluida de la comunidad financiera internacional, de la que se apartó en enero al haber dejado de pagar gran parte de sus deuda con acreedores privados.
Lavagna sorprendió ayer con sus declaraciones a poco de verse con el FMI, aunque lo hizo sin perder su tono de voz habitual y su prudente modo de manifestar las opiniones.
En conferencia de prensa con medios extranjeros, calificó al FMI de ser una "tecnoestructura" que tiene dificultades para "actualizar su percepción sobre la situación argentina" porque al momento "todos los temas técnicos de la negociación están cerrados", dijo.
Además, afirmó que el organismo se niega a admitir que durante años financió el mantenimiento de un régimen de cambio fijo que hizo colapsar al país y que finalizó con la devaluación de enero, desde cuando el peso perdió más de 70% frente al dólar.
También aclaró que el gobierno no va a presentar a los candidatos presidenciales ningún programa "que no esté mínimamente acordado con el FMI".
"Es absurdo que los dirigentes políticos firmen un cheque en blanco, esto y la hizo el Fondo en otros momentos y resultó peor".
Lavagna contestó a las declaraciones del director gerente del organismo, Horst Köhler, quien el lunes, en una rueda de prensa con periodistas argentinos y brasileños, se quejó de que el acuerdo no sale por culpa de la Argentina y pidió consenso político en torno del presidente Eduardo Duhalde.
Primero los privados
En su pulseada con el FMI, del cual no quiere obtener más que el refinanciamiento hasta fines del 2003 -lo que ayudaría a hacer lo mismo con el Banco Mundial y el BID-, Lavagna le hizo un guiño a los ansiosos acreedores privados.
El funcionario aseguró que en las próximas semanas estudiaría si debe modificar el orden de prioridades del gobierno, que hasta ahora condicionó el inicio de las conversaciones por la refinanciación de la deuda al acuerdo con el FMI.
Fuentes del Banco Central confirmaron ayer que la entidad que conduce Aldo Pignanelli consensuó con Lavagna la postura negociadora con el Fondo. En ese sentido, subrayaron que el titular de la autoridad monetaria estuvo de acuerdo en utilizar reservas para pagar vencimientos de septiembre.
Indicaron que el stock de reservas del BCRA ronda los 9.453 millones de dólares, descontado incluso un pago ya realizado por 152 millones de dólares.