cartas

Una ciudad que nos discrimina

Quiero contestar a la carta publicada en La Capital titulada "¿Una ciudad evangélica?", cuyo autor escribe, a mi entender, desde un no saber. Los evangélicos o protestantes hemos sido discriminados en estos parajes siempre, testimonio de ello su artículo. En el ayer se decía que éramos herejes por compartir el mensaje de Martin Lutero, ahora somos "mercaderes de almas", otro preconcepto. Como siempre, los evangélicos pensamos y dejamos pensar... Más de 500 locales de predicación respaldan la iniciativa de la congregación que usted menciona. Ese monolito y el acto en el Monumento a la Bandera son una instancia más de nuestra forma de expresión en una sociedad plural y democrática, sin perder nuestra identidad. Respecto a nuestro testimonio, le puedo compartir lo hecho por Allen Gardiner (escocés) muerto en Tierra del Fuego en 1957, y Diego Thomson (1845). Los aportes de William Morris. La familia Newell's, cofundadores del Club NOB, del colegio San Bartolomé (Colegio Inglés), del Cementerio de los Disidentes, las misioneras norteamericanas fundadoras del CEL o Nil Abraham Kastberg (sueco) cofundador del Movimiento Pentecostal Argentino. Un trabajo silencioso, pero sustancioso en contenido y continente. La edificación de más de 500 locales de predicación y de organizaciones sólo en la ciudad de Rosario y de organizaciones intermedias del pueblo evangélico son el aporte a nuestro trabajo. Si no se pagan impuestos es porque todas las instituciones son organizaciones civiles o fundaciones sin fines de lucro. Las recaudaciones son ofrendas voluntarias y diezmos voluntarios, no son cuotas de empresas o clubes privados. Estos actos propuestos son una más de las miles de realizaciones hechas en más de un siglo de intensa labor. Estos actos preparados no son sólo de una comunidad eclesial sino de cientos. No equivoque nuestro sentir en compartir el pan. En cuanto a su artículo es discriminatorio, así lo hemos sentido nosotros.
Pastor Samuel Alberto Jara,
Centro Vox Dei