Los mercados brasileños recibieron ayer un fuerte golpe a sólo dos semanas de las elecciones nacionales en las que se deberá elegir al sucesor del presidente Henrique Cardoso. El real perdió un 4,7 por ciento con lo que alcanzó su piso histórico de 3,57, mientras que la Bolsa paulista acusaba una caída del 3,35 por ciento, lo cual dejó al socio mayor del Mercosur en una compleja situación que hace temblar a todos sus vecinos.
Los analistas económicos explicaron este cimbronazo como una consecuencia del impacto que causó una encuesta divulgada el fin de semana, en la que el candidato de izquierda Luis Inacio Lula Da Silva se alza con el 44 por ciento de las preferencias del electorado, lo cual le permitiría estar a un paso de ganar en la primera vuelta, dejando atrás y muy alejado a José Serra, el candidato que tranquiliza a los mercados.
Los inversionistas están preocupados de que Lula consiga la victoria y es por eso que los mercados brasileños tienen que enfrentar una venta masiva de papeles por miedo a que el nuevo gobierno modifique las políticas económicas y rompa con las "prudentes" relaciones de Brasil con los Estados Unidos.
Los mercados están hipersensibles. En los últimos días, cualquier pequeña variación en los sondeos dispara las reacciones de los inversores como lo sucedido ayer a consecuencia del dramatismo con el que se absorbió la encuesta del grupo Datafolha que le da a Da Silva un 44 por ciento de probabilidades de llegar a la presidencia, contra 19 por ciento del oficialista y favorito del mercado, el socialdemócrata Serra.
Tampoco favoreció a los mercados que uno de los hombres de mayor influencia en la comunidad empresarial del país brindara públicamente su apoyo a Da Silva. Se trata de Eugenio Staub, presidente del mayor consorcio electrónico de Brasil quien dijo en una entrevista periodística que Lula es el hombre "más capaz" entre los candidatos que buscan la presidencia el próximo 6 de octubre. Staub es el segundo empresario importante que apoya a Lula y forma parte de un grupo que tímidamente pero sin pausa está dando su respaldo al candidato de la izquierda.
Presionado por la enorme tensión política, el real brasileño alcanzó su peor cotización histórica desde la creación de la moneda en 1994, al cotizar a 3,57 unidades por dólar, lo que equivale a una devaluación de 4,7 por ciento respecto al cierre del viernes. Ese día, la moneda brasileña había repuntado un 1,31 por ciento al conocerse un sondeo que parecía rebajar la intención de voto para Lula, pero la devaluación de ayer dejó a la divisa con una depreciación acumulada de 15,7 por ciento en septiembre y de 35,5 por ciento en lo que va del año, en una avalancha que parece no tener fin. Incluso el riesgo país empeoró el 10,5 por ciento, alcanzando los 2.186 puntos.
El adverso ambiente internacional, con bajas globales en los mercados, la desacelerada recuperación económica estadounidense y el peligro de una intervención militar en Irak no ayudaron demasiado a los mercados brasileños. Tampoco aportó la decisión del Banco Central de ese país de no renovar la deuda (en reales pero indexada al cambio) que vence esta semana por 1.500 millones de dólares.
"El mercado ya comenzó a ponerle precio a Lula como futuro presidente de Brasil", concluye ayer un informe de Bank of América. "Las bajas son una respuesta a la última encuesta que muestra que Lula cada vez está más cerca de ganar las elecciones en la primera vuelta", dijo el director de cambio de la corredora Novazao, Mario Battistel.
El fantasma Argentina
En medio de las encuestas que generan crisis en los mercados, los candidatos y sus referentes entraron en la recta final con un despliegue de frases "célebres" en la que no faltan "odiosas" comparaciones con la situación Argentina.
Brasil "se puede transformar en una Argentina o una Venezuela", si las elecciones las gana Lula, arremetió José Serra -el candidato del actual presidente Fernando Henrique Cardoso- contra el líder del Partido de los Trabajadores (PT).
"Ustedes vieron lo que sucedió en Argentina después de una campaña electoral, la de 1999, en la que se prometía el cielo. En Venezuela fue la misma cosa", agregó.
"El que compre dólares ahora va a perder dinero", parafraseó el virtual ministro de Economía de Lula, Guido Mantenga, como un calco de la afirmaciones que otrora hiciera Lorenzo Sigaut y que luego en otras palabras lo dijera el ex ministro Domingo Cavallo, poco antes de la caída de la convertibilidad.
Según Mantenga, "luego de las elecciones del 6 de octubre, gane quien gane, el dólar se va a calmar y va a bajar a entre 2,80 y 3 reales", por lo que "quien compra dólares a 3,50 reales va a perder dinero", aseguró el economista.
Mantega atribuyó la disparada de ayer del dólar a la incertidumbre en el escenario mundial, con las tensiones entre Estados Unidos e Irak, y "a las elecciones presidenciales, cuando siempre se da una tensión; eso es normal".
"Además, el mercado acostumbra a exagerar, tanto en el optimismo como en el pesimismo. Luego de las elecciones, todo se va a calmar cuando el nuevo presidente diga quiénes serán los miembros del equipo económico", agregó.
Mantega aseguró que si Lula Da Silva gana las elecciones, "nuestra respuesta será muy rápida. Los nombres del equipo económico saldrán de manera inmediata".
En tanto, Cardoso, defendió ayer el modelo económico aplicado durante sus casi 8 años de gobierno de "tantas críticas infundadas y de tanta ignorancia".
"Escucho todos los días a candidatos presidenciales que hablan de otro modelo, pero ¿cuál sería?. ¿Un modelo de obstáculos al desarrollo, desfavorable a la inversión, que aumente la exclusión social?", se preguntó el actual presidente para intentar marcar cuál es a su juicio el camino de las incertidumbres.