Mauricio Tallone / Ovación
A simple vista, César Luis Menotti no parece conducir los hilos de un equipo en crisis. Tal vez porque está acostumbrado a ciertas devaluaciones de los oportunistas, el Flaco nunca necesitó refugiarse en la coyuntura de un par de resultados no esperados para conciliar una cita con la reflexión.
Precisamente luego de tomarse el fin de semana para procesar otra producción fallida del Central que hasta unas fechas lo emocionaba, el entrenador canalla explicó en el entrenamiento de ayer a la tarde en Palos Verdes lo que postergó el viernes tras el empate ante Chacarita en el Gigante.
-¿Por qué no fuiste a la conferencia de prensa tras el empate?
-Porque estaba con mi nieto y me dolía mucho la cabeza. Te juro que esa es la verdad. Me dolía mucho la cabeza y como me habían traído a mi nieto, me fui rápido porque hacía mucho que no lo veía.
-Entonces no fue por la calentura que te agarraste por el partido.
-No, yo nunca me enojo con nadie. Mucho menos acá en Rosario, si no fui a la conferencia es porque no me sentía bien.
-¿Qué explicación le encontrás a este momento del equipo?
-Mirá, el momento del equipo es bueno. Si miramos la tabla sólo tenemos a dos equipos arriba y a catorce o quince abajo. Lo que tenemos que recuperar es el orden. Nos estamos desordenando en la ansiedad de querer encontrar rápido los partidos. Además estamos corriendo más de lo que se necesita y encima lo hacemos mal. Desde el desorden todo se complica.
-¿Estás preocupado por la actuación del viernes ante Chaca?
-No, porque esto era previsible dentro de un equipo joven como este. En los partidos que jugamos en el Gigante queremos ganar el partido sin antes jugarlo. El fútbol siempre estuvo ligado a la superioridad numérica y nosotros nos estamos sometiendo a esfuerzos donde no logramos mayor cantidad de gente. Además los rivales ya nos están manejando esa ansiedad y luego nos contraatacan.
-Hablás de correr mal, ¿pero no creés que algunas individualidades también bajaron su rendimiento?
-Puede ser, pero eso se da también desde el desorden. Por ejemplo metemos una pelota por afuera y vamos todos adentro del área. Así es difícil resolver los problemas. Antes también caíamos en esos momentos de desequilibrio, pero ahora nos están superando. Y de eso yo soy el responsable.
-A lo mejor esto que decís antes se disimulaba porque ganaban.
-No, antes ganábamos porque jugábamos bien. Ahora no ganamos porque no estamos jugando bien.
-¿El problema que apuntás del equipo es exclusivamente futbolístico o también tiene una gran carga anímica?
-No. Acá el inconveniente es futbolístico. El fútbol como juego exige tener un montón de cosas, sobre todo inteligencia. Hay momentos en los que tenés que correr menos y pensar más. Ante Chacarita nos mató la desesperación por encontrar rápido un gol. Los partidos son como todos los juegos, si vas a la ruleta y tenés mil pesos y no acertaste la primera bola, no quieras en la cuarta recuperar todo porque te quedás sin plata. Los partidos hay que jugarlos antes que ganarlos.
-¿Qué sentiste cuando miraste la tabla de posiciones?
-Yo no miro la tabla. Hay veinte equipos que están separados por un punto. Ganás un partido y quedás primero. Perdés y quedás quinto. A mí me interesa la suma de puntos y en ese sentido creo que nuestra cosecha está dentro de los parámetros esperados.
-El equipo está en condiciones de recuperar el brillo de las primeras fechas.
-Sí, porque este equipo tuvo momentos de gran brillo. Jugamos partidos como ningún otro equipo del torneo, ni siquiera Independiente jugó como nosotros.
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La Ciudad
