El huracán Isidore, que provocó inundaciones y la evacuación de unas 70.000 personas en la península de Yucatán, en México, se alejaba ayer de la colonial ciudad de Mérida tras dejar a su paso al menos tres muertos. La tormenta llegó a tierra la noche del domingo como un huracán con vientos de 195 kilómetros por hora que arrancaron ventanas y techos de casas y locales comerciales en Mérida, la capital del estado de Yucatán, en el sudeste de México. Muchos árboles y postes del tendido eléctrico cayeron a lo largo del Paseo Montejo, una de las principales avenidas de la ciudad, donde residen 750 mil personas. Mérida alberga también la catedral más antigua de América. Las lluvias continuaban ayer, pero el viento había disminuido considerablemente, al tiempo que Isidore era degradado a tormenta tropical y se movía hacia el sur de Mérida. La agencia federal de Protección Civil informó de la muerte de tres personas, una en un accidente de automóvil, otra a causa de un ataque cardíaco, y la tercera electrocutada. La compañía estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) indicó que había evacuado a 8.142 trabajadores de sus plataformas en el golfo de México, pero mantuvo a unos 800 trabajadores para continuar las operaciones. El aeropuerto internacional de Mérida permanecía cerrado ayer y no contaba con energía eléctrica. En Cuba, Isidore también dejó severas inundaciones el sábado en la provincia de Pinar del Río, 140 kilómetros al oeste de La Habana, región productora del tabaco para los famosos habanos. Las autoridades evacuaron a unas 292 mil personas a causa de las fuertes lluvias. Isidore es un de los huracanes más fuertes que ha azotado la península de Yucatán desde 1988, cuando el huracán Gilberto causó daños graves en Cancún antes de dirigirse al norte y causar la muerte de docenas de personas en Monterrey. (Reuters)
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