| | Acribillado a tiros en una esquina por venganza Mataron a un joven a corta distancia en Centeno y Pueyrredón. Para la policía fue un pase de facturas del hampa
| "Un claro ajuste de cuentas". Así definían ayer en la seccional 15º un crimen que ocurrió a las dos y media de la tarde, cuando un hombre recibió varios disparos en distintas partes del cuerpo y murió un rato después, en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez. Hasta anoche los investigadores no tenían ninguna pista para ubicar al autor o los autores del homicidio. El asesinato ocurrió en la calle, aunque paradójicamente los policías de la comisaría 15º no conseguían ayer ningún testigo dispuesto a aportar datos que pudieran servir para esclarecer el caso. Lo único que se sabe es que la víctima fue baleada en la esquina de Centeno y Pueyrredón, a pocas cuadras de su casa. Se trata de Fabio Farías, de 23 años, un sujeto al que los propios policías atribuyen un abultado prontuario. "Este tenía de todo, desde los robos más simples hasta los más pesados", dijo una fuente policial que pidió no ser identificada. Precisamente por eso, y por la forma en que lo mataron, los investigadores explicaban el caso como un clásico pase de facturas entre delincuentes. Pero hay otro dato que corroboraría esta hipótesis: Farías recibió varios disparos, y todos desde muy cerca. Tenía un balazo en el pecho, tres en las piernas, uno en un tobillo y uno más en la espalda. Y todas las heridas presentaban ahumamiento, lo que significa que fueron hechos desde una distancia mínima. Las pistas para tratar de identificar al autor eran tan escasas que ni siquiera se sabía si habían actuado uno o más homicidas. En la comisaría del barrio se hablaba de un verdadero "pacto de silencio", por miedo o por conveniencia, que incluye a los propios familiares de la víctima y que, una vez más, refuerza la teoría sobre la ejecución de una venganza
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