La Piba no va al santuario. Patricia Bullrich desechó de plano la posibilidad de sumarse a lo que ya se convirtió en un rito para la clase política: entrar a la Casa Gris para reunirse con Carlos Reutemann. "No comparto la idea de rendirle pleitesía al Lole", explicó la candidata presidencial de Unión por Todos, quien, sin embargo, no dejó de enviarle mensajes entre líneas al gobernador santafesino. En una entrevista con La Capital, Bullrich también le bajó el pulgar a la eventual alianza de centroderecha con Ricardo López Murphy: "No creemos en acuerdo electorales". Es que para la ex ministra la Argentina necesita hoy un cambio que apunte a no posicionarse "en un sector ideológico demasiado cerrado" y que establezca coaliciones amplias y sólidas. "Hay que correr el tablero político", aseguró. -Mientras usted reafirma su propuesta de cambio político, el Senado parece ratificar viejos vicios... -Las consignas que se pueden plantear en una campaña quedan vacías si después caen en la misma telaraña. Cuando el sistema de conducción de un país fracasa, lo principal es poner énfasis en el cambio de la política. Un ejemplo es el financiamiento transparente, que hoy no se ve: se violan las leyes de control o aparecen campañas y avisos por todos lados, y mucha de esa plata no se sabe de dónde viene. También hay un Senado con una segunda denuncia por coimas que, evidentemente, ratifica la existencia de una práctica. El aumento del salario de los legisladores es una clara muestra del intento de supervivencia de un estilo por encima de las personas. -¿Cómo se garantiza la gobernabilidad si se sigue hablando de la debilidad del próximo presidente? -Planteamos una estrategia importante a través de un documento con pautas no sólo programáticas sino de organización de la política. Sería muy importante establecer sobre eso reglas que trasciendan distintos estamentos y que sirvan para reconstruir el país. Y que esto no sea una competencia por qué fórmula sale mejor y todos los demás, puestos en analistas, diciendo "dejalos, total, si éstos ganan mañana no podrán gobernar y vendrá nuestra oportunidad". Adelantémonos a los hechos y, si nuestro problema es de gobernabilidad, entonces construyámosla. -Esta propuesta llegó a manos de referentes clave. -Sí, entre otros, Reutemann, López Murphy, Néstor Kirchner y Rodolfo Terragno. Lo ideal es tratar de encontrar un punto de acuerdo y decir "a esto lo vamos a cuidar entre todos en vez de esperar que el otro pise el palito y ahí sí salir". Se tiene que construir una nueva gobernabilidad, no la de las corporaciones, que es el pacto de Olivos: "Yo te doy la presidencia y vos un Senado en el que tengo la mayoría". Hay que correr el tablero político y armar el del país y la sociedad. -Reutemann sigue presente en su proyecto. -A Reutemann le envié este acuerdo no con el objetivo de que cambie su decisión. Pero, independientemente de que sea candidato o no, él puede trabajar para el país desde muchos lugares. -Algunos interpretaron esto como un respaldo en caso de que el Lole decida jugar por afuera del PJ. -Hay algo que le dije muchas veces a Reutemann: él no sirve adentro, porque allí están los intereses, los aparatos y las máquinas de poder. Hay que construir algo distinto, y el Lole lo sabe. Si realmente desea tener un papel, por lo menos deberíamos edificar esta posibilidad. Pero tampoco quiero entrar en la idea de que hay que ir a rendirle pleitesía. -No pisará el "santuario". -No, porque me parece que no es así. En Unión por Todos tratamos de pensar y comprometernos, y la idea no es entrar en esta cosa de ir y sacarse una foto. -Mientras tanto, al gobernador le siguen pidiendo que revea su decisión. -En momentos en los que está en juego el país cada uno tiene que saber qué responsabilidad asume. Somos grandes... Y yo no creo en operativos clamor sino en las responsabilidades individuales. -¿Se diluye la posibilidad de una alianza con López Murphy? -No creemos en acuerdos electorales. Me parece que esta alianza, como se plantea, está tomando nada más que ese carácter y posicionándose en un sector ideológico demasiado cerrado. Y no es positivo representar un solo sector social o pensamiento. Hay que buscar acuerdos más amplios y consistentes e incorporar a todos aquellos que están en contra de las corporaciones y las mafias.
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