La explotación de las aguas termales, un recurso impensado hasta hace algunos años en Entre Ríos, ha cobrado últimamente un notable auge en la provincia mesopotámica. Con doce proyectos termales en todo el territorio, de los cuales cinco ya están en pleno funcionamiento, Entre Ríos se ha situado en un primerísimo lugar en este rubro, con resultados terapéuticos capaces de competir con los que brindan los mejores del mundo. En la década del 90 se descubrió que la provincia estaba situada sobre el denominado acuífero Guaraní, un gran reservorio de agua potable que se extiende por el subsuelo de Brasil, Argentina y Uruguay. Las primeras perforaciones comprobaron que el agua tenía los efectos terapéuticos necesarios como para justificar las inversiones privadas y fue así que en 1994, la ciudad de Nueva Federación, situada a unos 280 kilómetros al noreste de Paraná, inauguró el primer complejo termal de la mesopotamia. Inmediatamente se sumaron las perforaciones en las vecinas Chajarí, 35 kilómetros al norte y Concordia, 40 kilómetros al sur de Federación; y en Colón y Villa Elisa, a unos 140 y 160 kilómetros al sur, respectivamente, siempre sobre la costa del río Uruguay. Aunque las termas funcionan todo el año, la temporada de mayor aprovechamiento se sitúa entre los meses de abril y octubre, ya que con buenas condiciones climatológicas, los centros brindan mejores resultados terapéuticos porque se puede realizar vida al aire libre, paseos, caminatas, y otras actividades complementarias al uso de las piletas. (Télam)
| La mejor época para visitar el lugar es entre abril y octubre. | | Ampliar Foto | | |
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