Una apuesta irresistible por el patrimonio

Con la mira puesta en el fortalecimiento del turismo, tanto en la ciudad de Buenos Aires como en distintas localidades del interior del país, se acrecienta la puesta en valor del patrimonio cultural a través de la recuperación de monumentos o lugares históricos, antiguas iglesias, festividades religiosas o indígenas, como el cuidado de los ocho sitios declarados Patrimonio Cultural de la Humanidad.
El Parque Nacional de Ichigualasto, conocido como el Valle de la Luna, en la provincia de San Juan fue el último sitio incluido en el listado de Patrimonio Cultural de la Humanidad por el Fondo de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Además, está el parque de Talampaya, en el sur de la provincia de La Rioja, y en la categoría de Bienes Culturales, figura la Manzana Jesuítica, en pleno centro histórico de Córdoba, que incorpora la zona turística conocida como Camino de las Estancias.
Los sitios mencionados se suman a la Cueva de las Manos y al Parque Nacional Los Glaciares, en la provincia de Santa Cruz, las Cataratas del Iguazú, en Misiones; la Península de Valdés, en Chubut y las Misiones Jesuíticas del nordeste argentino.
Por su parte, el gobierno porteño lanzó un programa "Patrimonio de los barrios", que abarca en una primera etapa a Monserrat, Liniers, La Paternal, Nueva Pompeya, San Telmo, Villa Lugano, Constitución, Coghlan, Villa General Mitre, Parque Chas y La Boca.
El programa apunta a que los chicos tomen conciencia del patrimonio y la historia de su barrio y se realizan recorridos patrimoniales con los vecinos.