Mario Candioti / La Capital
Gimnasia había imaginado una semifinal del Torneo del Interior tal cual se le presentó: muy dura. Sin embargo, tuvo su buena cuota de oportunidades cuando en el primer tiempo le fue a plantear el partido a Universitario bien al borde las 22 locales, con posesión, recuperación y oportunidades para marcar.
Pero ese tren precisamente, el de las oportunidades, no siempre hace una segunda pasada. Entonces, la estación del rugby de los mens sana quedó desierta en el complemento, sin vías que transitar, sin pasajeros para jugar, en definitiva, sin opciones para remontar la historia.
Porque hasta el pitazo de la primera mitad Gimnasia tuvo con qué ilusionarse. Todos sabían de la dureza del conjunto tucumano pero sin embargo la defensa no mostraba solidez en el tackle y por ahí se metía el pack rosarino para abrirle el camino a la línea.
No obstante, la falta de claridad para jugar la pelota, algunas veces, y la de decisión, en otras, conspiraron para que el equipo de Covella no sacara mayor ventaja en el marcador. Ya a los 9' Gimnasia ganaba gracias al try de Lorenzo. Sin embargo, una distracción y una buena penetración de Centurión, más un penal del pateador Chapini le dieron cierto aire al quince tucumano.
El partido era corto (se jugaba entre las 22 de cada equipo) y la patada afuera era el método casi permanente para ganar metros.
En ese panorama, GER era levemente superior y en más de una oportunidad a punto estuvo de quebrar el ingoal rival. Un try de Belegni (encontró la ovalada cuando la defensa tucumana quiso rechazar en su propio ingoal) puso las cosas 10-10 en el cierre de la etapa.
Pero a los rosarinos les cambiaron el plan de viaje en apenas tres minutos del complemento. Una buena escapada del octavo Nicolás Centurión terminó en la cesión para Veglia y el try por la derecha. La visita sintió el impacto y fue, con algo de desorden, con falta de precisión en los pases... pero fue. Hasta que 15' más tarde terminó de desmoronarse. Universitario empujó más y mejor en el scrum y el try cayó como una lógica consecuencia.
Faltaba mucho, pero con el correr de los minutos se iba apreciando cómo Gimnasia perdía consistencia en el aspecto anímico. Le faltaba velocidad de reacción en los movimientos, ya no recuperaba como al principio y así Uni le fue minando su voluntad y su volumen de juego.
A los 33' la historia comenzaba a cerrarse. Gimnasia perdió una pelota clave y Chapini, con apoyo, marcó el penúltimo try de la primaveral tarde en Ojo de Agua.
Lo mejor de un partido que no pasó de discreto fue el try de Busceto cuando éste se moría. Velocidad, resto y precisión en el manejo fueron los puntos salientes de esa jugada.
Gimnasia sabía que la parada de este viaje era bien áspera. Pero eso ni se notó en la primera parte. En el segundo le faltó ambición y concentración para lograr el objetivo. Sin embargo, este equipo deja una puerta abierta para el futuro. Y la claridad que se ve a través de ella es muy nítida.
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La Ciudad
