El hombre se hace llamar Daniel Baruc y se presenta a sí mismo como un "mentalista". Con ese nombre conduce un programa de radio, escribe y edita libros de títulos extraños, administra propiedades y organiza charlas sobre los temas más diversos. Según dos denuncias penales, que estuvieron paralizadas durante un año y que ahora se reactivaron, también podría estar cometiendo algunas estafas.
Baruc es en realidad otra persona. Dos mujeres le contaron esta semana al juez de Instrucción Carlos Alberto Triglia que se quedó con el dinero que le entregaron para que se los administrara. Una de ellas tuvo que interrumpir su declaración porque necesita imperiosamente su dinero y se puso a llorar sin consuelo ante el magistrado. "Estoy desesperada", repitió varias veces entre sollozos.
De acuerdo al testimonio de estas mujeres, primero se ganó la confianza de ambas y luego se ofreció para cuidar su dinero. "Ustedes me lo dan y yo se los devuelvo con intereses", habría prometido.
Una de ellas no sólo le entregó 30.000 dólares: también contactó a otras personas porque consideró que se trataba de un buen hombre. Ahora que se siente estafada lo único que quiere es que lo investiguen y lo sancionen.
Calvo se hace conocer públicamente a través de la emisora FM Manantial, donde conduce un programa al que llama "Confidencias" y que él mismo patrocina a través de la Asociación Pirámide. Se trata, curiosamente, de la misma que editó sus dos libros: "Cosmos" y "Génesis de la Nueva Era", donde según las mujeres que lo denunciaron aborda temas "espirituales".
También organiza viajes para visitar a Pascualito, un supuesto sanador que atiende en la localidad bonaerense de Florencio Varela. Y arma conferencias sobre temas como la donación de órganos, por citar un caso.
Una pantalla
Según las denuncias que hace un año tomó la fiscal Rita Schiappa Pietra, esta es la fachada que usa para conquistar a la gente. Una vez que lo consigue ofrece sus servicios como banquero privado o financista, tal como se desprende de las declaraciones de sus supuestas víctimas.
Por cuestiones formales, durante un año nadie investigó estas denuncias. Pero ahora el caso está en manos del juez Triglia, quien según el abogado Rafael Tamous, representante de las presuntas damnificadas, estaría evaluando la posibilidad de citar a Calvo para pedir explicaciones.
En diciembre de 2001 este diario ya dio cuenta de las denuncias. En aquel momento el hombre y su esposa, a quien llaman Lucía y sería abogada, habrían amenazado a las denunciantes con iniciarles una demanda. Tamous dice que por esa razón ambas permanecen en el anonimato y no quieren mostrarse públicamente.
Sin embargo, la sospecha es que podría haber más personas que entregaron su dinero y nunca lo recuperaron. Por eso las denunciantes tienen expectativas favorables en torno a la investigación que inició Triglia y están interesadas que el caso salga a la luz. "Así habría más posibilidades de probar si hubo una defraudación", sostuvo el abogado de las mujeres.