Nueva York. - El ministro iraquí de Asuntos Exteriores, Naji Sabri, anunció que su país llegó a un acuerdo con la ONU sobre el regreso de los inspectores de desarme a Irak. Posteriormente, el secretario general, Kofi Annan, dio la noticia oficialmente, al leer una carta que previamente le había entregado el ministro iraquí y destacó que la aceptación de Bagdad era "sin condiciones". Irak cedió así a la presión internacional, que ya no incluía solamente a EEUU y Gran Bretaña, sino también a los principales países árabes y europeos, quienes dieron un neto giro a su posición luego del discurso del presidente George W. Bush ante la Asamblea General de la ONU, el jueves pasado. Ese día, Bush emplazó duramente a la ONU a lograr que Irak cumpla con las inspecciones de armas sin poner condiciones, amenazando en caso contrario con una intervención militar unilateral. A partir de ese momento, el casi unánime "no" de esos países a la intervención estadounidense en Irak se matizó fuertemente, y se pasó a decir que, si Irak rechazaba las inspecciones, una guerra posiblemente tendría el visto bueno de Naciones Unidas. Como ejemplo de este cambio, cuando el ministro Sabri anunció anoche la admisión de los inspectores, se hallaba acompañado por el presidente de la Liga Arabe, Amr Mussa. Este líder árabe dirigía hasta hace pocos días una campaña internacional para frenar la intervención estadounidense en Irak. Tanto la Secretaría General de la ONU como la delegación francesa habían anticipado durante el día el anuncio iraquí. El ministro francés de Asuntos Exteriores, Dominique de Villepin, había asegurado que, según líderes árabes, el régimen de Saddam Hussein podría aceptar el regreso de los inspectores ante la presión ejercida por EEUU y la ONU. El cambio de actitud en los últimos días de parte de los países árabes cambió todo el tablero. Estos endurecieron el tono con respecto a Irak, advirtiéndole que no podrían oponerse a un ataque aprobado por la ONU si Bagdad seguía rechazando el regreso de los inspectores de desarme. Entre las posiciones más destacadas, figuró Arabia Saudita, que revisó su anterior negativa a prestar bases aéreas a EEUU en caso de una intervención militar contra Irak, siempre que esta sea sancionada por el organismo internacional. El cambio de los sauditas fue saludado por el secretario de Defensa americano, Donald Rumsfeld. Según el diario árabe Al Hayat, los ministros árabes de Relaciones Exteriores se reunieron con el jefe de la diplomacia iraquí y le pidieron que anunciara a Bagdad que los árabes "quieren un retorno de los inspectores conforme a las resoluciones del Consejo de Seguridad, porque eso ayudaría a resolver la crisis". Fuera del mundo musulmán, en Europa también hubo un perceptible cambio de tono, luego de semanas de críticas de alto voltaje al "unilateralismo" de Washington. El caso tal vez más notable sea el de Francia, miembro permanente del Consejo de Seguridad y con poder de veto y que luego del jueves se alejó notoriamente de esa posición. Ayer el jefe del Departamento de Estado, Colin Powell, celebró este cambio de clima en favor de EEUU. "La dinámica política ha cambiado y ahora hay mucha presión sobre Irak para que acate las decisiones que tomó la ONU en los últimos 12 años", declaró Powell. El canciller argentino Carlos Ruckauf se reunió ayer brevemente con Colin Powell, a quien le expresó la postura argentina contraria a una acción unilateral de los Estados Unidos contra el régimen iraquí. El encuentro se realizó en el marco de la 57ª Sesión de la Asamblea de las Naciones Unidas, ante la cual expondrá hoy en nombre del presidente Eduardo Duhalde. Las declaraciones formuladas la semana pasada por Ruckauf, netamente favorables a la posición expresada el jueves último por Bush, recibieron críticas en Argentina, ya que parecía avalar la amenaza de intervención unilateral lanzada por el presidente de EEUU a la ONU. En tanto, y tan sólo a cinco días del aniversario del 11 de septiembre, Manhattan vivió ayer un día de fuerte tensión por un incidente armado que dejó tres muertos. El tiroteo ocurrió en un edificio de oficinas, y al parecer fue un doble asesinato seguido de suicidio. (AFP y Reuters)
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