A través del acusado Jorge Rodríguez, novio de Susana Giménez, los directivos de la empresa Hard Communication se defendieron ayer frente al tribunal que los juzga por presuntas estafas a la Fundación Felices los Niños mediante el programa televisivo de la diva y, tras denunciar una campaña mediática en su contra, aseguraron que perdieron "muchísimo dinero" por culpa de los concursos telefónicos.
Incluso, "Corcho" Rodríguez le dijo al tribunal que lo "enternecía" la obra que hace el padre Julio César Grassi, presidente de la Fundación, porque él mismo viene de un hogar humilde. Pero insistió en que el cura "cobró de buena fe" el dinero que se le devengó del concurso y subrayó que "no le faltaba" recibir nada cuando estalló el escándalo.
Mañana, no obstante, será el turno del sacerdote de dar su versión de lo sucedido y, aunque no es querellante, se estima que su testimonio será fundamental. También serán consultados los peritos contables que estudiaron los documentos firmados por las partes y los recibos de los llamados telefónicos. Y el jueves próximo, tras escuchar los alegatos de las partes, los jueces decidirán cuándo se conocerá la sentencia.
Ayer, en medio del revuelo periodístico que generó el comienzo del juicio, los entonces directivos de Hard Communication Jorge Born, Roberto Engels, Federico Quirno y Rodríguez llegaron a los tribunales acompañados de su abogado, Oscar Salvi. En la causa también estaba imputado el ex líder montonero Rodolfo Galimberti, que murió este año.
Imputación
"Llegamos sin saber qué delitos se le imputan...no hay querellantes, es todo muy extraño", dijo el abogado, luego de quejarse de una "investigación hecha al voleo" contra la firma. No obstante, al iniciarse el proceso, los acusados escucharon las imputaciones que pesan sobre ellos. De acuerdo a la acusación, la empresa Hard Communication habría defraudado en 1997 a la fundación Felices los Niños, del padre Grassi, a través del número 0939-1-2222, que se promocionaba en el programa de Susana Giménez.
En aquel entonces, Grassi denunció que había recibido sólo 400 mil pesos, y en cuotas, del total de 18 millones que habría facturado la empresa encargada de llevar adelante el emprendimiento.
Frente a los jueces, Born, Engels y Quirno rechazaron la invitación a declarar, amparados en su derecho constitucional. Pero Corcho Rodríguez aceptó pasar frente al estrado y durante dos horas dio su versión de los hechos. "Tengo una extracción humilde y todo lo que tenga que ver con (los chicos carenciados) me motiva", dijo, pero aseveró que "al padre Grassi no le falta cobrar dinero".
Frente a los periodistas que lo aguardaban, aseguró que las acusaciones responden a "una campaña mediática" de un grupo empresario periodístico que no identificó y la atribuyó a "un tema de competencia, de rating, de controlar la TV... quizá porque no participaron en el negocio".
Pero, de todas formas, dijo que confía en la Justicia y que hasta remarcó que sigue "ayudando" a la fundación de Grassi. "Colaboro con ellos con todo lo que me pidan. Susana donó 600 mil dólares", recordó. Y criticó al conductor televisivo Raúl Portal, vicepresidente de la Fundación Felices Los Niños, al que tildó de "patético" porque "quien ayuda y hace beneficencia se tiene que callar la boca y no tiene que decirlo". (DyN)