A Ricardo Palma no le quedó otra opción que "aceptar el pedido de Pezza. El presidente me pidió que diera un paso al costado porque la comisión directiva así lo había resuelto y, como no quiero ser un estorbo, lo acepté. Yo soy más charrúa que cualquiera y por eso no pongo trabas. No puedo seguir sin el respaldo de todos", confió el Gordo. Tres derrotas y tres empates pusieron fin a la conducción técnica de Ricardo Palma en Central Córdoba, tras las primeras seis fechas del torneo, justo cuando según él "confiaba en que el trabajo realizado iba a empezar a dar resultados. Estaba convencido de sacar adelante al equipo porque veía que se podía. Además, ya había salido de situaciones peores que estas (vale recordar cuando al charrúa todos lo daban por descendido en la temporada 2000/2001 y lo salvó milagrosamente) y en el plantel se veían esas ganas de revertir el mal momento, con las condiciones como para que exploten ya las principales cualidades y el gran trabajo de pretemporada que hicimos. Es más, los jugadores me apoyaron y no podían creer que me iba". "Pero como les expliqué a ellos, no es que me bajé del barco sino que doy el paso al costado porque no tengo el respaldo de los dirigentes y de la empresa que gerencia al club, que no me apoyó como lo había dicho antes de iniciar este proyecto en eso de que podía perder hasta diez partidos seguidos", agregó Ricardo. Y así concluyó este paso de Palma por la entidad de Tablada, con el Gordo despidiéndose de los jugadores en la práctica matutina de ayer. Esperando desde ya una nueva oportunidad para seguir demostrando su sabiduría en cualquier otro proyecto. Así como estuvo a punto de hacerlo antes del inicio del torneo, cuando casi firmó en Godoy Cruz de Mendoza.
| |