Washington. - Autoridades de EEUU desmantelaron en el Estado de Nueva York una "célula" de Al Qaeda compuesta por cinco ciudadanos norteamericanos originarios de Medio Oriente. "Durante las últimas 24 horas, las autoridades federales detuvieron a cinco ciudadanos estadounidenses que residen cerca de Buffalo, en el Estado de Nueva York. Están acusados de haber proporcionado apoyo logístico a Al Qaeda", anunció en Washington el secretario adjunto de Justicia, Larry Thompson, que estaba acompañado por el director del FBI, Robert Mueller, y por el gobernador del Estado de Nueva York, George Pataki.
Los cinco estadounidenses -de origen yemení- fueron arrestados el viernes en Lackawanna (Estado de Nueva York) y participaron de actividades en el mismo campo de entrenamiento en Afganistán que el llamado "talibán estadounidense" John Walker Lindh, quien enfrenta cargos de conspiración, agregó.
Las autoridades se negaron a comentar si recibieron información de Lindh sobre la célula. Los detenidos eran parte de una "célula terrorista" que recibió entrenamiento en armas en un campo en las afueras de Kandahar durante una visita del líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, en la que dio un discurso sobre trabajar contra EEUU, según Thompson.
Los detenidos enfrentan hasta 15 años de prisión por los cargos, dijeron funcionarios, que agregaron que la investigación continúa y que las autoridades esperaban que se puedan agregar nuevos cargos. "Los cargos son el resultado de una investigación intensiva conducida por agentes del FBI en coordinación con la Joint Terrorism Task Force y otras agencias federales, estatales, locales y de inteligencia", dijo Thompson.
No hay evidencia de que la célula estuviera trabajando en ningún tipo de ataques en Nueva York ni en ningún otro lugar de EEUU, subrayó. A partir de ahora la investigación se centrará en las células asociadas, y cada miembro de esta célula en EEUU está bajo vigilancia, agregó.
Liberan a estudiantes en Florida
En tanto, las autoridades estadounidenses dejaron en libertad a tres estudiantes de medicina de origen árabe que fueron arrestados en Florida por una alama terrorista que, además, motivó el cierre de una importante carretera durante más de diez horas.
Los jóvenes fueron denunciados por una mujer que dijo haberlos escuchado en un restaurante hablar de los atentados del 11 de septiembre y de un ataque a realizarse ayer. Los jóvenes negaron las afirmaciones de la mujer. "Lo que dijo ella es obviamente una mentira", dijo Ayman Gheith, poco después de ser puesto en libertad. Gheith tenía una tupida barba negra y llevaba un tradicional gorro musulmán. "Obviamente vio la forma en que yo estaba vestido, y tal vez le echó un poco más de picante a su historia", agregó. Gheith dijo que él y sus dos amigos (Kambiz Butt y Omer Choudhary) eran alumnos de medicina que se dirigían a un curso de nueve semanas en Miami, y que era de eso de lo que estaban hablando en el restaurante.
Los tres estudiantes fueron interrogados y sus vehículos registrados, pero las autoridades dijeron no haber hallado nada comprometedor. "Si esto fue una broma, serán acusados", dijo iracundo el comisario del condado de Collier, Don Hunter, después de que el registro de los dos automóviles de los estudiantes no hallara signos de explosivos.
Grabaciones censuradas
En tanto la jueza encargada del caso Zacarias Moussaoui prohibió difundir durante el proceso las grabaciones realizadas en la cabina de uno de los aviones secuestrados por aeropiratas el 11 de septiembre. "Esas grabaciones no serán autorizadas durante el proceso", afirmó la jueza Leonie Brinkema en su decisión hecha pública por el tribunal de Alexandria.
La jueza explicó que las autoridades estadounidenses estaban preocupadas por la difusión de esas grabaciones, automáticamente recogidas por una de las cajas negras del aparato secuestrado que se estrelló en Shanksville (Pensilvania). Según la magistrada, las pruebas que aportan esas grabaciones "tienen un valor secundario", y su contenido, sin relación con el procesado, puede crearle un "perjuicio injusto".
La acusación tenía la expectativa de que esas grabaciones, que demuestran que hubo una áspera lucha entre un grupo de pasajeros y los secuestradores y que concluyó con la caída del aparato en un campo de Pensilvania, fueran escuchadas por el jurado. Según los investigadores, el aparato, vuelo 93 de United Airlines, se dirigía aparentemente hacia la Casa Blanca o el Congreso, en Washington. (AFP y Reuters)