Tras 44 años de división, el Partido Socialista volvió a unificarse ayer en el Congreso de Fusión entre el PSP (Popular) y el PSD (Democrático), celebrado en el estadio cubierto de River Plate.
En un emotivo acto con la presencia de más de 5.000 militantes de todo el país quedó constituida la nueva conducción, con los diputados nacionales Alfredo Bravo y Rubén Giustiniani como presidente y secretario general, respectivamente.
"En este momento tan crítico del país, la unidad del socialismo significa que hay una esperanza", afirmó Bravo. "La esperanza no está en un túnel como una lucecita perdida, sino brillando como un sol. Un sol que piensa en la clase trabajadora y en establecer una sociedad mejor", sostuvo luego.
Por su parte, Giustiniani subrayó que el socialismo significa humanismo, democracia y lucha por la igualdad. "Creemos en la democracia, por eso decimos que deben renovarse todos los mandatos, pero no que se vayan todos", dijo el flamante secretario general partidario.
"Queremos profundizar la vigencia de la democracia, no con el abstencionismo sino ganando la voluntad popular, que en democracia se expresa en los procesos electorales", concluyó.
Tras la presencia de invitados especiales, como la diputada Elisa Carrió (ARI) y el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, fue suscripta la declaración política del PS.
Allí se pide la realización de una Asamblea Constituyente "que permita no sólo encontrar el camino para salir de la catástrofe social en la que estamos inmersos, sino también discutir la reforma que abra canales de participación y reconstruya el poder del Estado, de modo de hacerlo transparente, austero, eficiente, solidario, descentralizado y participativo".
La declaración política del PS concluye que "la gran responsabilidad de la fuerza de centroizquierda que el partido integra es lograr que la sociedad asuma la posibilidad de un cambio".
"El cambio es posible cuando se encarna en la conciencia de la mayoría de la población y para que así sea tiene que existir una herramienta como alternativa de gobierno, además de una fuerte voluntad popular, no sólo de acompañar en las próximas elecciones sino de participar en la construcción de lo nuevo", añadieron los dirigentes del PS.
El Congreso de Fusión comenzó a sesionar a las 15 con la presencia de 500 delegados, que aprobaron por unanimidad la carta orgánica, la declaración de principios y el programa del socialismo.
Las estrellas
Las dos presencias estelares del congreso fueron sin dudas Carrió y Hermes Binner. Al intendente de Rosario los periodistas porteños lo acosaron con una misma pregunta: si sería compañero de fórmula de la líder del ARI.
Por su parte, Carrió negó que la oportunidad deba ser tomada como el lanzamiento formal de su candidatura al sostener que "la campaña está suspendida", aunque aclaró: "Soy candidata".
También señaló que el ARI realizará en los próximos días su "reunión" para convertirse en una "fuerza nacional" y luego continuarán los "pasos legales" para desarrollar la alianza que de hecho ya mantiene con "los socialistas y el Partido Intransigente".
En este sentido, evitó pronunciarse sobre la posibilidad de ampliar la coalición con otros sectores de izquierda, como la agrupación del diputado Luis Zamora, Autodeterminación y Libertad.
Lilita consideró "muy importante" la unificación del socialismo y destacó que este proceso significa "un broche a la trayectoria política de Alfredo Bravo", al que consideró como "un padre" y que es su "debilidad".