Adrián Gerber / La Capital
"Los medios están usando hasta el hartazgo las imágenes de la violencia delictiva como un recurso para tener a la población agarrada a la pantalla de televisión", "los diarios y las radios están actuando más responsablemente que la televisión", "más allá de que los medios intentan legitimar a algunos políticos y deslegitimar a otros, la gente sigue teniendo una desconfianza global en toda la dirigencia". Estas y otras consideraciones sostiene el sociólogo Luis Alberto Quevedo en una entrevista con La Capital donde analiza el papel que están jugando los medios de comunicación en la actual crisis del país. El también secretario académico de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) sede Buenos Aires y especialista en medios estuvo anteayer en Rosario para participar de un seminario en el Museo Histórico Provincial Julio Marc. -El nivel de delito creció en los últimos meses, ¿pero no cree que algunos medios están abonando el terreno para profundizar el clima de inseguridad? -Sí, sin ninguna duda, pero en el caso de la inseguridad hay una confluencia de dos o tres variables. La primera es que se ha producido en la Argentina un fenómeno de exclusión social muy grande que se relaciona con el incremento del delito. Estos son los datos reales y fríos, la inseguridad ha crecido. Pero hay una segunda variable que es la sensación de inseguridad, eso se mide, está estudiado, y no tiene que ver tanto con las estadísticas del delito, sino con cómo me siento yo como ciudadano, si protegido o desprotegido. Y es bastante sorprendente que la Argentina, que registra todavía un índice de criminalidad menor a muchas ciudades de América latina y del mundo, tenga sin embargo un mayor índice de sensación de inseguridad en sus ciudadanos. ¿De dónde viene eso? Básicamente de los medios. Los medios han utilizado el tema del delito, lo han espectacularizado, lo han mostrado hasta el hartazgo, han insistido con ese tema como un tema de agenda que los políticos no resuelven. Y lo han usado como un recurso para tener a la población agarrada de la pantalla de televisión, de las radios y de las fotos de los medios gráficos. -¿El nivel de violencia en la sociedad no puede estar también relacionado con el contenido de los programas de televisión? -El nivel de violencia en las sociedades contemporáneas ha crecido mucho por fruto de cosas muy complejas. Pero doy sólo un ejemplo: la televisión más violenta del mundo en cuanto a series y películas para adultos, programas de noticieros y dibujos animados es la televisión japonesa. Y sin embargo, el delito en Japón es uno de los más bajos del mundo. El tema de los medios no puede ser tomado aisladamente de otras situaciones. La sociedad argentina vive un tipo de violencia social que no tiene que ver sólo con los medios, sino con razones estructurales, de exclusión, de falta de oportunidades. No podemos echarle la culpa a los medios porque muestran violencia, la sociedad es más violenta. -Si uno pone determinado programa periodístico de TV parece que el país está en vísperas de la revolución socialista, pero si cambia de canal y comienza a ver otro da la sensación de que se está en vísperas de un golpe de derecha. ¿La manipulación de la información puede llegar a grados tan extremos? -Yo no diría que ahí hay manipulación de la opinión pública, sino una necesidad de buena parte del periodismo de trabajar con los extremos, con los escenarios catastróficos. Catastróficos para cualquier lado que sea, porque ¿puede haber una solución autoritaria en la Argentina de hoy? Ningún análisis político lo diría, pero a los medios les gusta esa idea de si los militares pueden intervenir o no. Espectacularizan también ese discurso. -Los medios crean climas, pero ¿tienen la capacidad de modificar cosas estructurales de la política? -No. Por ejemplo, los medios, tanto nacionales, provinciales como locales, se pusieron muy del lado de la sociedad en el reclamo de transparencia de la cosa pública y de terminar con los privilegios de la clase política. Y sin embargo no ha ocurrido nada de eso. La clase política y las instituciones han sido mucho más fuertes que todo el poder de los medios. Quiero decir con esto que la Justicia no se va a reinstalar en la Argentina porque los medios lo exijan solamente, sino porque haya voluntad política de hacerlo. Los medios han transparentado la corrupción de una manera inusitada en la historia Argentina, porque una cosa es decir que los políticos meten la mano en la lata, y otra es que un canal de televisión muestre imágenes de cómo un funcionario mete la mano en una bolsa, saca billetes y se los lleva a su bolsillo, como lo mostró muchas veces la televisión. Pero la pregunta que tenemos que hacernos es: ¿y eso produce efectos en la Justicia, en el fin de la corrupción, en la transparencia? No, porque eso no se va a dar si no es por vía de la política. Entonces la sociedad vive ahí una ambigüedad entre la existencia de la corrupción y la inexistencia de mecanismos jurídicos que la sancionen. Y esta distancia es en la que se funda hoy buena parte de la desconfianza que el ciudadano le tiene a los medios de comu..., digo a la clase política..., y también, por qué no, a los medios de comunicación (se ríe del lapsus). -¿Es distinto el papel que están jugando en esta crisis la televisión, la radio y los medios gráficos? -La televisión es la que más la espectaculariza y la lleva a los extremos, la que más ha usado las imágenes de la violencia, de los secuestros, de los enfrentamientos policiales, por la misma características del medio audiovisual que es mostrar imágenes. En cambio los diarios y las radios están actuando más responsablemente. Son más reflexivos y menos tremendistas. -¿No es preocupante que la televisión porteña, que se difunde en todo el país, imponga la agenda de los temas nacionales? -Esto es así porque los medios han vivido durante la década del 90 una concentración muy grande y les resulta, desde el punto de vista casi diría más puramente industrial, tener productos que puedan circular en todo el país sin discriminar situaciones locales. Esto es mucho más negocio que tener una televisión, una radio o un diario que atienda los problemas particulares de cada una de las regiones, que sería lo deseable. -¿Este fenómeno no se da también con la construcción mediática de candidatos políticos? -Esa es la discusión que venimos teniendo desde la década del 80: ¿los medios pueden inventar cualquier cosa, cualquier candidato, cualquier situación? Yo creo que no, está bastante demostrado que los medios no pueden construir un candidato, y decir «es éste y lo ponemos nosotros». Pero la pregunta inversa sería: ¿y un candidato a presidente, a gobernador o a intendente puede prescindir de los medios? Yo diría que tampoco. Hoy en buena medida la legitimidad política se construye en los medios. Los medios de comunicación tienen una enorme capacidad de posicionar candidatos, pero después cuál será su destino en las urnas dependerá de la política. -¿Y cómo se paran los medios ante la consigna "que se vayan todos"? -El desprestigio de la clase politica hoy es muy grande, y los medios tienen estrategias combinadas: muestran por un lado a ciertos políticos que son pertenecientes al pasado y que deberían irse, pero también muestran a otros políticos como "la novedad". Y sin embargo, pese a que tienen estas estrategias, hasta el día de hoy la desconfianza de la gente hacia toda la clase política sigue siendo muy grande. Más allá de que los medios están tratando de legitimar algunos discursos y deslegitimar otros, el ciudadano sigue teniendo una desconfianza más global. -¿Y la confianza de la gente en los medios sigue siendo alta? -En las últimas encuestas ha caído, pero de todos modos sigue siendo mucho más alta que la de otras instituciones. -¿Y esta caída de confianza que comenzó a producirse no puede ser a causa de la falta de autocrítica de los medios y los periodistas? -Los medios se han colocado como quienes denuncian la crisis, la corrupción y el mal funcionamiento de las instituciones, pero no se han hecho cargo de una partecita, y es de cuánto han actuado para que esto se produzca. Los medios han sido en muchos casos cómplices de lo que fue el terrible giro de la década del 90, de una sociedad que tenía buenos niveles de empleo y de cobertura social. -Por un lado hay guerras, como la del Golfo o Afganistán, donde no se exhibió ante las cámaras casi ningún cadáver, y por el otro hay atentados terroristas, como el de las Torres, contemplados en vivo por todos los televidentes del planeta. ¿Definitivamente las tragedias contemporáneas asumen la esencia del espectáculo? -Yo diría que toda tragedia lo será porque pasa por la televisión. En este momento en Africa se están muriendo millones de personas de hambre, de sida y de enfermedades endémicas, y no están siendo vividas como tragedias por la humanidad, porque no tienen visibilidad. La visibilidad que da la televisión construye el mundo con el cual nos conectamos. Los otros mundos permanecen en mayores tragedias, pero en la oscuridad.
| Quevedo: "La clase política es más fuerte que los medios". (Foto: Marcelo Bustamante) | | Ampliar Foto | | |
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