Aníbal Fucaraccio / La Capital
La imagen de una nueva derrota de Atlético del Rosario en el pasaje Gould desparramó un manto sombrío sobre su campaña. San Cirano, un rival demasiado estructurado, sin variantes, pero con el enorme corazón de sus forwards, tiñó la tarde de un gris profundo de preocupación para los rosarinos que cerraron así una magra perfomance en la Zona Campeonato. Sin pena. Sin gloria. Sin ideas. La última fecha del certamen de la Urba expuso las verdades y las miserias de un conjunto con una irregularidad persistente que durante el año nunca pudo encontrar su mejor perfil y que se alejó demasiado de sus históricas aspiraciones y de su tradición rugbística. El arranque del encuentro fue tan vertiginoso como mentiroso. A los 20 segundos Diego Orengo señaló su try luego de la recepción del kick off. En la siguiente salida marcó San Cirano a través de Esteban Díaz, uno de sus mejores hombres, que encontró un inexplicable hueco en el centro de la cancha. A los 2' el marcador estaba 7 a 7. Pero todas las expectativas que generó ese comienzo espectacular se fueron desvaneciendo con el correr de los minutos. En el primer tiempo fue el local el que asumió el rol protagónico y, a pesar de tener problemas serios en las formaciones fijas, lograba sacar ventajas cuando le llegaba la pelota a los backs. Todeschini, Weitemeier y Orengo arrimaban peligro cuando atacaban con espacios para utilizar. En un momento parecía que San Cirano jugaba sin fullback porque cada vez que se explotaban las espaldas de la defensa no había nadie para cerrar. Y cuando el experimentado Juan José Larocca (ayer se retiró con 36 años) estuvo afuera por amonestación, Atlético aprovechó ese hombre de más y anotó dos tries. A partir de allí se evidenció una levantada de la visita que le resultó muy difícil de contrarrestar a Plaza. Lentamente, los dirigidos por del Cerro y Estellés fueron perdiendo poder en las fuentes de obtención y las pelotas disponibles fueron disminuyendo. El poder de fuego se fue apagando y el try se fue transformando en una chance cada vez más remota. San Cirano, con un destacado trabajo de sus delanteros entre los que sobresalieron el scrum y el maul, fue imponiendo su juego que por repetitivo no dejó de ser eficaz. Y con enorme esfuerzo fue elaborando una justa victoria por la diferencia mínima que sumergió a Plaza en un final triste, lleno de hastío y con algo de resignación.
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