La caducidad de algunos amparos por el rebalanceo telefónico desenterró un polémico tema que afectó a miles de argentinos y cientos de rosarinos. La intentona de frenar con un recurso judicial el aumento tarifario dispuesto en 1997 por el gobierno, llegó en algunos casos a su final. Pero la cuestión de fondo sobre la legitimidad del incremento aún está pendiente en la Corte Suprema de Justicia de la Nación. El letrado que patrocinó al mayor número de clientes en Rosario, Víctor Fernando Arévalo Menchaca, ahora brilla por su ausencia, a punto tal que dio de baja su matrícula en el Colegio de Abogados y ni siquiera estaría en el país. Hoy, cuando la multinacional podría pretender cobrar las facturas a los clientes que accionaron contra la empresa, el abogado que instó a no pagar está borrado.
La historia comenzó en 1997, cuando el entonces presidente Carlos Menem firmó un decreto fijando un nuevo esquema de tarifas telefónicas con aumentos en las llamadas urbanas, interurbanas e internacionales. La medida causó escozor en los bolsillos de los usuarios y una inmediata reacción. Es más, no fueron pocos los políticos que salieron a defender a los usuarios, inclusive el defensor del Pueblo de la Nación, Jorge Maiorano, criticó al gobierno y consideró que el incremento fue producto de la presión de los monopolios.
En Rosario, los concejales radical Federico Steiger y socialista Raúl Lamberto fueron dos de las cabezas visibles en la lucha contra el rebalanceo. Se organizaron marchas y protestas frente a la sede de Telecom, se creó una comisión en el seno del Palacio Vasallo para analizar el tema, y se elaboraron miles de recursos de amparo.
Distintos abogados se ocuparon de estos casos. Pero el que ganó notoriedad inmediata fue Víctor Fernando Arévalo Menchaca. Su particular forma de expresarse y su grado de exposición en los medios hicieron que cosechara clientes de a cientos.
A diferencia de los ediles que instaban a los clientes de Telecom a pagar sus facturas bajo protesto, Arévalo Menchaca consideraba que no había que abonar las boletas, hasta que la Justicia resolviera la demanda presentada en contra del rebalanceo. La cuestión de fondo aún está pendiente y descansa en los armarios de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
"La gente que no pagó por varios meses no tiene que temer que la empresa los obligue a pagar ahora de repente", había dicho Arévalo Menchaca a La Capital el 8 de marzo del 98. Pero esa posibilidad hoy parece estar bastante más cerca, sobre todo en aquellos casos cuyos amparos caducaron, y si bien la medida aún no quedó firme, Telecom ya dejó abierta la posibilidad de ir contra los bienes de los clientes, además de cortarles las líneas telefónicas.
Pero los usuarios que entonces confiaron en este letrado no podrán ir a reclamarle. El abogado ya no está en el país. El 1º de agosto del año pasado canceló su matrícula en el Colegio de Abogados de Rosario y, según se sabe, partió a Alemania.
Este y otros abogados recusaron por este tema a jueces, camaristas y conjueces de la ciudad. La cuestión llegó a ventilarse en la Corte Suprema de la Nación y el Consejo de la Magistratura. Inclusive, el máximo tribunal de Justicia llegó a fijar una multa de 3.800 pesos a Arévalo Menchaca, Guillermo Strazza y Gonzalo Pablo Miño por considerar que los profesionales habrían incurrido en planteos "temerarios y maliciosos".
Un abogado con "trayectoria"
Según fuentes de la Justicia provincial, Arévalo Menchaca llegó a ser secretario en un juzgado de instrucción en los 60, durante el gobierno de Juan Carlos Onganía.
El ex policía de la provincia y represor Gustavo Bueno, cuyo alias durante el proceso genocida era Germán Benegas, confesó en 1984 ante representantes de organismos de derechos humanos que Arévalo Menchaca pretendía un sillón de juez federal y que entonces lo llevaría a él como empleado del tribunal.
Bueno también contó que durante el gobierno militar, el abogado asesoraba a las autoridades de la Fuerza Aérea e inclusive llegó a trabajar en las Naciones Unidas. El polígloto letrado vivió en Suiza y Alemania, a donde habría viajado tras dar de baja su matrícula el año pasado.
Arévalo Menchaca tiene una causa penal pendiente por lesiones. En noviembre del 98 denunció que fue agredido por dos hombres. En ese entonces y ante los medios vinculó el hecho con sus acciones contra Telecom. Pero luego se supo que la golpiza fue producto de un lío de polleras.
Ahora, cuando comienzan a caer algunos amparos, los clientes quedaron desamparados. "Ahora andá a cantarle a Arévalo Menchaca", ironizó uno de los que quedó sin tono.