En menos de 15 días, Argentina pondrá a prueba el sistema de siembra que la posicionó como una de las principales potencias mundiales en la utilización de métodos de cultivos conservacionistas. La siembra directa se transformará en una de las primeras exportaciones de manejo, tecnología y conocimientos del país.
Conocida como la "Almunia de Doña Godina", la finca Agramonte S.A., ubicada a 20 kilómetros de Zaragoza, será escenario de la jornada "Un productor en acción", que organiza la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), bajo la misma dinámica de las reuniones que se realizan en Argentina.
Alrededor de 900 productores, entre españoles, franceses y portugueses, confirmaron su presencia y son cuatro las fábricas de sembradores argentinas que ya están pisando las 400 hectáreas de la finca situada al sur del Valle de Ebro y la ribera del Jalón cercana a Zaragoza.
Si bien la muestra estática tendrá a Crucianelli, Gherardi, Agrometal, Bertini y Giorgi, sólo las dos últimas participarán de las demostraciones de siembra en las actividades a campo. En pulverizadoras, a pesar de algunos esfuerzos, no habrá ninguna Argentina. Solo la marca inglesa Hardi realizará las demostraciones en los lotes destinados a los cultivos de trigo, cebada, maíz y girasol.
El agua ante todo
"La siembra directa mejora los suelos, aumenta la eficiencia en el uso del agua, reduce los costos de producción e incrementa la productividad", enfatizó el Martín Ambrogio, coordinador de las jornadas. El técnico, que desde el año 2000 viene planificando la actividad, explicó que para los europeos el manejo de un recurso como el agua es uno de los factores más importantes.
"La finca Agramonte tiene 10 años de experiencia con agricultura de conservación, que no es siembra directa pero sí representa una paso previo, y todos los cultivos se realizan bajo riego, debido a que en la región llueve muy poco", dijo.
La introducción de la siembra directa por ahora sólo tiene una finalidad. Se basa en conservar mejor el agua de riego y detener, en segunda instancia, los procesos erosivos que se ven en casi todos los campos de la región. Muchos productores españoles ven la Almunia de Doña Godina, como un punto de partida para campos que antes se destinaban a la producción de olivares y actualmente están produciendo trigo y maíz.