U.G.Mauro / La Capital
"«Art» le propone al espectador un juego que termina cuando el público se pregunta: ¿De qué me estoy riendo?", expresó a La Capital el actor Ricardo Darín, quien junto a Oscar Martínez y Germán Palacios vuelve luego de dos años con esta puesta al Auditorio Fundación Astengo, Mitre 754, hoy a las 21 y mañana a las 20.
La obra escrita por Yasmina Reza se presenta por segunda vez en la ciudad. Estrenada en su versión original en París, en cuyas salas permaneció más de dos años en escena, "Art" es un éxito mundial que en su versión inglesa fue producida por Sean Connery.
Montada en veinte idiomas diferentes por elencos de todo el mundo y ganadora de numerosos premios, la obra parte de una idea simple: un cuadro absolutamente blanco y tres personajes que discuten sobre lo acertado o no de la decisión de uno de ellos de comprarlo.
Para Darín, la perdurabilidad de "Art" se debe a que "la gente se siente feliz, en medio de este panorama tan ennegrecido, de que uno se llegue a su lugar y haga teatro. «Art» tiene también una vigencia triste, porque resulta doloroso que a esta altura tengamos que seguir hablando de la necesidad de la tolerancia, un tema que ya tendríamos que haber asumido hace rato".
Aunque Darín viene demostrando claramente en sus últimos trabajos por dónde pasan sus elecciones profesionales, consideró que "hay de todo y para todo, tanto entre los actores como entre el público, a la hora de elegir entre calidad y evasión". En tal sentido el artista manifestó que "la gente tiene todo el derecho de permitirse ver un espectáculo liviano porque la realidad está tan jodida que redime todo tipo de actitud, y también hay mucha gente que tiene necesidad de ver cosas de nivel".
Darín, quien destacó que los tres integrantes del elenco siguen "tan enamorados de la obra como en el primer día", expresó: "Sentimos que no estamos repitiéndonos o volviendo con lo mismo, porque tanto nosotros como el público estamos en la misma situación de quien ve varias veces, con distintos estados de ánimo, un cuadro".
"En ningún caso -declaró luego Darín-, nos permitimos cambiar una coma del texto original. «Art» es un texto muy riguroso que plantea en términos casi íntimos una discusión de tres amigos en una situación que lleva al espectador a que, cuando termina el espectáculo, se plantee cosas muy personales. Como hace cinco años que la venimos haciendo, los que cambiamos somos nosotros, pero la obra no. Todos estamos un poco más grandes y esto también nos modifica la perspectiva".
Tras expresar, en tono tajante: "No quiero tener nada que ver con esta televisión", el actor consideró que si bien su corazón se inclina hacia la labor teatral, "en realidad me siento bien donde está la que debería ser la vedette de todo buen espectáculo; la idea. Si aparece la mágica oportunidad de tener un buen libro en tu mano, todo medio es bueno".
"Me molesta mucho esa perversión de meterse en la vida de los demás, inventar conflictos en torno a si Fulana o Mengana son gatos o no". También se negó el actor a considerar que el gusto de la gente pase solo por programas de pobre contenido, aunque manifestó que la repetición de esas propuestas genera efectos no deseados. "Cuando agarrás el control remoto empezás a hacer zapping y encontrás que en todas partes hablan de que Fulana se operó las tetas, después te descubrís hablando de esas cosas con una asiduidad que ni vos mismo podés creer", indicó.
Ricardo Darín pidió equilibrio para las programaciones de los canales. Con buen humor, el actor planteó sobre esta cuestión que "quizás debería haber una política cultural que equilibre estas cosas, pero antes habría que resolver (risa) el enigma de dónde está hoy el Estado" para negar luego la existencia de algún proyecto ideal.
"A mí no me pasa nunca nada de eso. No sueño con ningún personaje, papel, obra ni nada. Me gusta trabajar en equipo, encontrarme con buenas historias, pero no hay nada que me quite el sueño ahora, salvo la inseguridad y el hambre que azota a nuestro país. Que alguien se muera de hambre aquí es inadmisible", expresó.
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