Washington. - En vísperas del primer aniversario de los atentados del 11 de septiembre, las autoridades estadounidenses aumentaron ayer el nivel de alarma terrorista, en medio de una preocupación creciente de que se produzcan nuevos ataques contra embajadas y bases militares en el exterior. El vicepresidente Dick Cheney fue enviado nuevamente a un lugar secreto debido a los riesgos de atentados.
Las autoridades no han difundido informaciones precisas relativas a un ataque contra territorio estadounidense. Pero el tono es más alarmista sobre los intereses estadounidenses en el extranjero. Para protegerse, la primera potencia mundial ha adoptado significativas medidas de seguridad. Patrullas aéreas surcan desde el viernes el cielo de varias ciudades estadounidenses y se aumentó la vigilancia policial y militar. Asimismo, centrales nucleares, aeropuertos, puentes, monumentos, centros comerciales, edificios públicos y administrativos se encuentran bajo fuerte vigilancia.
El gobierno de Washington subió el alerta de amarilla (elevada) a naranja (alta), un nivel que no se alcanzaba desde marzo, según fuentes oficiales. Hasta la fecha, EEUU estaba en alerta amarilla y el naranja implica un alto riesgo de ataques terroristas en vísperas del 11 de septiembre, aunque no se reveló ninguna amenaza específica que explique el cambio de alerta. El sistema de alerta estadounidense cuenta con cinco niveles: el más bajo es el verde, luego viene el azul, el amarillo, el naranja y el rojo.
Más de 3.000 muertos
Según cifras oficiales, 3.044 personas murieron en los atentados del 11 de septiembre pasado en EEUU. Sólo en Nueva York, 2.811 personas perecieron cuando los aeropiratas estrellaron aviones comerciales contra las Torres Gemelas.
Funcionarios estadounidenses han puesto énfasis en que la amenaza procede del interrogatorio a un miembro de la red terrorista Al Qaeda y que apunta fundamentalmente a intereses estadounidenses en Medio Oriente y Asia. La cadena televisiva CNN sostuvo que los datos no provinieron de Abu Zubaydah, un alto lugarteniente del líder terrorista Osama Bin Laden que se encuentra bajo custodia estadounidense, sino de otro miembro de Al Qaeda de alto nivel detenido en un "país amigo".
Pese a las advertencias, el fiscal general John Ashcroft pidió a los ciudadanos que acudan hoy a trabajar y que se comporten con tranquilidad. Las medidas de seguridad también se han extremado en el golfo Pérsico ante la posibilidad de que se produzcan ataques a la flota de petroleros estadounidenses en la zona, una posibilidad que contribuyó ayer al aumento del precio del barril de crudo Brent por encima de los 29 dólares.
Ashcroft y otros altos funcionarios dijeron que la información obtenida de un miembro del grupo Al Qaeda y de las agencias de inteligencia apuntaba a la posibilidad de ataques suicidas contra intereses estadounidenses en Medio Oriente o posiblemente en el sureste de Asia (se ordenó el cierre de las embajadas en Malasia e Indonesia). Agregó que el Consejo de Seguridad Nacional recomendó elevar el nivel de alerta dentro del país debido a que el patrón de información es similar a los reportes de inteligencia elaborados el año pasado, en las semanas que precedieron a los atentados del 11 de septiembre.
Las agencias de inteligencia también detectaron indicios de que "uno o más individuos" en Medio Oriente se estaban preparando para perpetrar un ataque suicida contra intereses de EEUU. La información no indica objetivos específicos, afirmó Ashcroft. El fiscal general apuntó asimismo que potenciales "funcionarios de bajo rango" de Al Qaeda podrían ver en el aniversario de hoy una buena ocasión para demostrar que la red terrorista ha sobrevivido luego de la campaña militar liderada por Washington con el objeto de expulsar a la organización de Afganistán.
Ashcroft indicó que los posibles objetivos incluían intereses empresariales estadounidenses en los sectores de energía y transporte. Dijo que también están en riesgo las embajadas de EEUU y las instalaciones militares. "Estamos ahora al nivel de alto riesgo de un ataque terrorista", dijo a su vez Tom Ridge, asesor de seguridad territorial de la Casa Blanca.
El presidente George W. Bush dijo que no estaba al tanto de ninguna amenaza específica, pero que las que funcionarios de su gobierno han escuchado recientemente son similares a las anteriores a los atentados del 11 de septiembre de 2001. "Las amenazas que hemos escuchado recientemente nos recuerdan el patrón de advertencias hechas antes del 11 de septiembre", dijo el mandatario a los reporteros. "No tenemos una amenaza específica contra EEUU, pero estamos tomando todo muy en serio", dijo el presidente, que mañana presentará ante la ONU su estrategia para atacar a Irak.
Alto nivel de amenaza
El anuncio se hace en la víspera del primer aniversario de los atentados contra el World Trade Center de Nueva York y el Pentágono, en las afueras de Washington. Estos atentados, cometidos con aviones comerciales secuestrados, han sido atribuidos por Washington al grupo Al Qaeda, dirigido por el militante islámico de origen saudita Osama Bin Laden. "Hemos pasado a un nivel diferente de preocupación -un nivel de amenaza- que significa que nuestro gobierno proporcionará seguridad extra en instalaciones clave y que aumentaremos la vigilancia", dijo Bush. "Los estadounidenses necesitan continuar con sus vidas".
El vicepresidente Dick Cheney, mientras tanto, canceló un discurso que tenía programado ayer y pasará la noche en un sitio de alta seguridad, no revelado. En el período siguiente a los atentados del 11 de septiembre, los servicios secretos, encargados de la seguridad presidencial, decidieron que Bush y Cheney no estén juntos en el mismo momento y lugar.
En todo el país se programaron para hoy minutos de silencio, ceremonias y servicios religiosos para recordar a las víctimas del peor ataque sufrido en su territorio continental por EEUU en toda su historia.
* Las fuerzas estadounidenses en Bahrein (golfo Pérsico), en donde se encuentra la Quinta flota, fueron puestas en estado de alerta máxima ante amenazas creíbles de ataques terroristas, dijo un funcionario del Departamento de Defensa. "Bahrein está en nivel Delta", dijo este responsable bajo condición de anonimato, refiriéndose al código de alerta más elevado.
* Desconocidos robaron el lunes 150 kilogramos de material explosivo de una fábrica de Texas y la policía local y el FBI investigan si el hecho está relacionado con la preparación de algún atentado terrorista. Según los voceros, se trata de 150 kilogramos de nitrato de amonio, que fue sustraído de un depósito de la Austin Powder Company en Georgetown, firma que fabrica material explosivo para minas y estudios sísmicos. La sustancia robada se fabrica a partir de fertilizantes, y ya fue empleada en 1995 en el atentado contra el edificio estatal en Oklahoma, que costó la vida a 168 personas.
* Expertos de Naciones Unidas consideran posible que se produzcan atentados terroristas con material radiactivo con consecuencias desastrosas para las personas y el medio ambiente, según un informe de un grupo de trabajo para la lucha contra el terrorismo de la ONU hecho público ayer en Nueva York. Los expertos, sin embargo, creen "relativamente improbable" que los grupos terroristas sean capaces de detonar una auténtica bomba atómica, se agrega.
* Irak llamó ayer a los árabes a atacar "los intereses materiales y humanos" de EEUU en todo el mundo si el presidente George W. Bush cumple sus amenazas emprendiendo una guerra contra Bagdad para derrocar a Saddam Hussein.
* Aproximadamente 9 de cada 10 estadounidenses piensan que su país será blanco de atentados terroristas pronto, según un sondeo publicado por la universidad de Michigan. (Télam, DPA, Reuters y AFP)